Robert estaba tan emocionado incluso de contar los números.
“¡Está bien, tu hermano te ayudara a contar! Uno, dos… Si le agregas seis, ¿son dieciocho? Eso es dieciocho, tiene que sumar ocho a diez.”
Los ojos de Robert están concentrados.
Fue tierno, aunque estaba equivocado. Los dedos de Calíope se están abriendo y sus dedos se mueven hacia adelante y hacia atrás varias veces.
“Doce, trece, catorce… ¡Era catorce!”
Robert, al por fin descubrió la respuesta correcta, apretó el puño. Una sensación de logro llenó mi corazón.
Entonces concentro su mirada en Calíope.
‘¿Sabe Lippe qué estaba equivocado?’
Robert apartó el libro con suavidad. Por supuesto, Calíope lo estaba viendo todo.
“Supongo que ya conoces la respuesta.”, pensó Calíope con una sonrisa de orgullo.
Fingir ser un bebé parece ser muy útil. Era irónico que en realidad fuera un bebé de verdad, pero Calíope estaba satisfecha.
“Gacias a mi hermano, lo entiedo, gacias.” (Gracias a mi hermano, lo entiendo. Gracias).
Robert se rascó la nuca y se rio. Su rostro estaba lleno de orgullo.
Calíope sonrió un poco al ver eso.
“Ah, ie a la sala de enfente”. (Luego, iré a la sala de ahí enfrente).
“Sí, sí. Si tienes alguna duda, pregúntame, ¡porque este hermano te enseñará bien!”
“Sí, Gacias.” (Sí, gracias.)
Robert levanto a Calíope, la levanto y agito en brazos y luego la bajo.
Robert fingió estar bien hasta que Calíope dobló la esquina, y tan pronto como no pudo verlo, rápidamente se sentó para arreglar la respuesta.
Cuando se convenció de que la respuesta era correcta, estudiar aritmética, que no era divertido, fue más ameno.
‘Si conozco más cosas, ¿poder enseñarle más a Lippe?’ Robert sonrió de buena gana.
Sin ni siquiera soñar que fue ella quien enseñó a su hermano de seis años.
***
“Dijiste que aprendiste los números con Robert hoy.”, dijo Lucio mientras entraba en la habitación.
Calíope frunció ligeramente el ceño.
“Bueas oches hermano” (Buenas noches, hermano)
“Oh, buenas noches, olvide saludar.”
Lucio lamentaba tener que saludar a Calíope de esta forma. Aunque su hermana menor era joven, le gustaban los modales.
‘Aun así, es demasiado pronto para que una niña de 2 años siga la etiqueta de forma tan estricta,’ pensó Lucio pero se tragó sus pensamientos sin expresarse.
Robert parece no tener idea, pero Lucio se estaba dando cuenta pronto de que su hermana era diferente a las demás.
Lucio descarto las inusuales palabras y acciones de Calíope de la manera más casual posible.
Trato de esperar. No quería darle a su hermano menor una sensación de incomodidad inútil. Un día, Calíope se dará cuenta de que es diferente a los demás.
Calíope en ese momento, quería que su familia estuviera en casa. No quería que se le considerara una extraña, ni fuera de casa ni dentro.
“Es gudo entar en la habitason de una dama si llama” (“Es rudo entrar en la habitación de una dama sin llamar.”)
“…”
Sin embargo, no importa cuán ordinario prometí ser tratada, era muy difícil comportarse así.
Lucio estaba agradecido de no tener expresión.
“Lo siento, tendré cuidado en el futuro.”
Lucio se disculpó sinceramente con aquella niña de dos años, no, su bebé.
La niña asintió limpiamente. La mitad de su cuerpo era su cabeza, entonces su cuerpo temblaba ante tal acto.
Inevitablemente, Lucio no pudo resistir el impulso. Sin saberlo, acarició la cabeza de Calíope.
“¿Po qe lazon etas aquí?” (¿Por qué razón estas aquí?)
Había una razón para visitar a Calíope con tanta prisa.
“Escuché que Robert te enseñó los números”. Lucio respondió y seguía acariciando su cabeza.
“Si, mi segudo hermano me ayudo.” (Sí, mi segundo hermano me ayudó.)
Lucio se detuvo cuando vio a Calíope parpadeando como si hubiera algún problema.
No hay ningún problema. Más bien, fue algo bueno.
La amistad entre hermanos es profunda y parece que a Robert le interesaba estudiar.
Como hermano mayor, definitivamente es algo de lo que estar orgulloso.
‘Pero, ¿por qué me siento tan mal?’
“¡Hermano, hermano! ¡Lus hermano! ¿Sabes lo que pasó hoy? ¿Eh? No sabes ¿Eres curioso? Tienes curiosidad, ¿no vas a morir de la curiosidad?”
La voz de Robert, que escuché hace un rato, volvió a sonar en mis oídos.
“No tengo mucha curiosidad.”
“Bueno, nuestra Lippe…~”
Cuando dijo Lippe, Lucio inmediatamente mostró interés.
Todavía estaba inexpresivo, pero sus ojos se volvieron hacia Robert como nunca antes.
Robert se rio como un chico malo. Fue la sonrisa de un ganador.
Entonces lo noté. ‘Debería haberme dado cuenta.’
“¿No te gustaría saber que vino a pedirme que le diga los números? ¡No a nadie más, sino a mí! ¡Cuando leo un libro me veo genial!”
“…”
“¡Ella tomo mi mano durante todo el tiempo y asiente con la cabeza tan fuerte! Tenía muchas ganas de preguntar. ¡Después de contarlo todo, dijo gracias y me miró con esos ojos grandes como si fuera solo yo el único en el mundo!”
Al final, Lucio no pudo soportarlo. No es que no soportara la envidia. Claramente no es una pelea.
El segundo hijo de la familia Rustichel y su hermano mayor, Robert y Lucio, no pudieron soportar decir palabras vulgares uno al otro.
Me vi obligado a levantar los puños para disciplinar a mi hermano.
El corazón del golpeado dolía más. Realmente todo.
“¡Ahh! ¡¿Por qué me pegas?!”
“¡Escúchame bien, si usas un lenguaje tan vulgar, sé que te quedarás atrás en el futuro!”
Dejando solo esas palabras, Lucio se alejó rápidamente, pensando que honestamente eso fue bastante genial.
Caminé tranquilamente como de costumbre, pero mis pasos se hicieron más rápidos.
En el pasado, caminaban y abrían la visita de una dama como si estuvieran corriendo.
“¡Yo también puedo enseñarte bien!” – Le dijo a Calíope.
“Si hemano.” (Sí, mi hermano.)
“¿Sí…?”
Calíope miró a su primer hermano, al que llamaban el Caballero de Hielo.
‘¿Seguro era así…?’, ya no estaba tan segura de recordarlo así.
El rostro de Lucio permaneció en silencio como de costumbre.
Ojos afilados y labios rectos. No podía ser visto como una persona celosa.
‘Entonces es que mi hermano Lucio está celoso.’ ¿En qué otro lugar del mundo sería tan inadecuado? El Lucio, a quien Calíope conoce, no estuvo interesado en ella cómo bebé.
Nunca hubo algo parecido, pero me pareció que el niño era ruidoso y molesto. Incluso si regresa al pasado, no hay forma de que su personalidad vaya a ninguna parte.
Supongo que algo fue voluble. Es por ello que se dice que la hermandad es la primera rivalidad. Vino de visita en medio de la noche para que le dijera que era mejor. El joven espíritu competitivo de mi hermano de diez años es grande.
“Po supueto mi hemano es beno, lo mimo ocugue con hemano Robe. Lo dos tenen difedente pesami eto y sinificdaos, asi ke ¿podemo compaya?” (“Por supuesto, mi hermano es bueno. Lo mismo ocurre con el hermano Robel. Los dos hermanos tienen diferentes pensamientos y significados, así que ¿podemos comparar?”)
Las palabras de Calíope hicieron que el rostro de Lucio se pusiera serio. Palabras que lo preocuparon a sus siete años-
El hermano mayor era más complicado de lo que pensaban. Estaba profundamente preocupado,
‘Por eso vas a seguir preguntándole a Robel, o preguntándome a mí.’
‘Voy a enloquecer probablemente.’
‘Quería ver a Calíope tomar su mano y pedirle que le enseñara. Después de todo, quería verlo mirándome con los ojos redondos como si solo hubiera el primer hermano en el mundo.’
Calíope, quien entendió mal el rostro serio de Lucio, dijo seriamente.
“El opnete de hemano eta dento, no fuera, gana la pelea contá ti mimo, es ya han victoia.” (El oponente de tu hermano está adentro, no afuera. Ganar la pelea contra ti mismo es verdaderamente una victoria).
Luchar contra ti mismo. Lucio levantó la cabeza.
‘Mi hermana menor está haciendo las mismas cosas que solía decir mi padre.’
“Debes luchar contigo mismo sosteniendo la espada, no con el oponente frente a ti que está apuntando la espada. Esa es realmente la pelea de un caballero.”
“Cuando apuntas la punta de la espada hacia ti mismo y matas tus propios enemigos, podrás ver el verdadero significado de la espada. Siempre tenlo en cuenta.”
‘¿Cómo habrías olvidado lo que te enseñaron?’
El hecho de que su hermana tan joven lo despertara de esa ilusión, hizo que Lucio se avergonzara de sí mismo.
Al escucharla, se dio cuenta que esa arrogancia fue porque no se conocía a sí mismo ya que se adelantó a su edad. Sí, no se trata de competir con Robert como dijo Lippe.
Parecía que mis ojos estaban nublados por los hechos que había aprendido Calíope con una visión clara, esta vez vi su cara.
Lucio, tras la iluminación, le preguntó a Calíope.
“No tiene sentido competir por los números con Robert… ¿Te leo un libro de cuentos de hadas?”
Hay tanto que puede hacer por Calíope.
“…”
Calíope no podía entender por qué Lucio acudió a él en medio de la noche. De repente, pensó que entender el pensamiento de un niño también fatigoso.
Calíope suspiró.
Todas las noches a partir de ese día, Lucio comenzó a leerle libros para niños a Calíope.