Keira, que miró el sobre rosa, dijo sorprendida.
“Esto es del palacio, ¿no?”
“Sí, es la invitación de Su Alteza, la princesa Bella. Últimamente se rumorea que va a abrir un salón.”
El Emperador tenía tres hijas y un hijo. Bella Diach, la primera de sus hijas, envió la invitación a Keira.
Las otras dos eran demasiado jóvenes para ser las dueñas del salón.
“Su Alteza sólo invitara a su salón a quienes hayan sido debidamente verificados.”
‘No me importa mi estatus.’ Pero en el momento en que intentó decirlo, un nombre muy desagradable pasó por mi cabeza.
Aiden, ese maldito casanova.
No había garantía de que ninguna de las mujeres se libraría de involucrarse con semejante imbécil.
“La invitación es del día de la inauguración, así que seguro que ha enviado las invitaciones con mucho cuidado.”
“Sabes lo que hace un salón, ¿verdad?”
“Si, estoy familiarizada con el concepto. Es donde los aristócratas se reúnen para hablar de cultura, arte y moda.”
“¡Huh!”
Sólo después de decirlo se dio cuenta de que el problema era grave. Todos los temas que mencionó eran temas con los que ella no estaba familiarizada.
En palabras de orden, ella se vería como un pez fuera del agua.
Aunque su expresión no cambió mucho para el ojo inexperto, Keira se estremeció.
Sólo Reina pudo notar el cambio.
‘Está frunciendo el ceño otra vez…’
Reina habló apresuradamente antes de que Keira pudiera deprimirse más.
“¡Está bien! Estamos aquí para ayudarla señorita. Tú, ¿puedes traerme un papel y un bolígrafo?”
Lira se apresuró a ayudarle.
“Por supuesto, por favor, espere señorita.”
Lira se dirigió rápidamente al interior para traer lo solicitado.
Mientras la criada fue a traer los artículos, Reina consoló a Keira quien tenía una expresión decaída.
“No se preocupe. Esas conversaciones en los salones sólo ocurren cuando la gente pretende ser sofisticado y culto.”
“Así es. Los nobles que se encuentran por primera vez hablan de todo lo que les interesa.”
Parecía que los caballeros estaban educando a su subalterno que iba a tener una cita a ciegas por primera vez de nuevo.
“Ya veo.” Keira respondió sin confianza.
Tenía demasiados recuerdos de haber fracasado en la sociedad.
Solo había una diferencia de grado, pero era lo mismo antes y después de la aparición de Cosette. A la gente le gustaba más la linda y tierna Cosette que la fría y distante Keira.
‘No puedo ser ese tipo de persona otra vez…’
Keira recordaba la voz νίνa y personalidad encantadora de Cosette, sólo podía describir su forma de relacionarse con los demás aristócratas como encantadora.
Por mucho que quisiera hacer amigos, no podía actuar así.
Los caballeros que la vieron volverse aún más hosca se apresuraron a hablar.
“¿Por qué está tan desanimada cuando ni siquiera ha empezado todavía?”
“Así es. Al fin y al cabo, la gente que va allí es sólo eso, gente.”
Ardían en deseos de devolver la confianza a su señorita.
Y así fue como comenzó el entrenamiento especial.
Dos días después, algo desafortunado ocurría en el palacio.
Bueno, desafortunado si se veía desde la perspectiva de Keira.
“Debe haber una razón para que una dama que es como si estuviera encerrada a voluntad decida empezar a socializar de repente.”
Dijo Michael, el joven príncipe heredero.
‘Entonces, ¿qué quieres que haga?’ pensó Bella.
Tarde, respondió aturdida.
“Ah, sí…”
“Por eso necesito que averigües qué hace su familia.”
“¿Por qué yo, hermano?”
“Es porque ella ha dicho que irá a tu salón. Tendrás que investigar mientras esté allí.”
Tuvo el presentimiento de que esto ocurriría cuando recibió la respuesta de la familia Parvis.
‘Ya ha ignorado todas las invitaciones antes. ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora?’
Desde el punto de vista de la familia real, la familia del Gran Duque era un reto a tratar.
En primer lugar, eran una familia que poseía una fuerza militar privada, una excepción a la regla.
Según la ley nacional original, los súbditos que llevaran más de 30 piezas de armadura y armas dentro de las murallas podían ser castigados por traición.
Y sin embargo, ¿los caballeros de élite? ¿Para una familia noble que vive en la capital?
Si fueran nobles normales, ¡sería inaceptable!
Pero había muchas razones por las que la familia imperial permitía una situación tan ridícula.
En primer lugar, la diosa eligió a la familia Parvis como escudo de la humanidad.
Los espíritistas sólo salían de esa casa, y eran necesarios para proteger al pueblo de los demonios y los monstruos.
Por último, han permanecido firmemente neutrales desde que el Primer Gran Duque declaró no participar en la política.
Sin embargo…
‘¡No me importa! ¡No me molestes!’
No había ningún monarca que pudiera confiar plenamente en esta familia.
Incluso si una persona lo hiciera, no sería Michael.
“¿No se abstenían de relacionarse con el mundo exterior? He oído que la última vez asistió al banquete de algún marqués.”
“El marqués Francés.”
“Sí, ellos. Dijiste que también la viste ahí, ¿no?”
“…Sí.”
A Bella le entró un sudor frío al recordar los ojos de la dama sobre ella.
Tal vez porque el banquete ocurrió hace sólo unos días, su recuerdo era aún vívido.
‘No, soy una princesa. ¿Por qué debería ser intimidada por la hija de un Gran Duque?’
Aunque se sentía resentida, estaba más asustada. Si Bella intentaba acercarse a Keira con resentimiento en su corazón, había una posibilidad de que las cosas se salieran de control.
“Lo siento, pero no puedo.”
“¿Vas a seguir actuando así?”
“Eris también está aquí. Haz que lo averigüe ella.”
“Eris es seis años más joven, ¿no? ¡Ni siquiera ha hecho su debut social todavía!”
“¡No me gusta que ella venga a mi salón el día de la inauguración! Si puedo, lo voy a cancelar del todo.”
“Tú, de verdad… ¿Vas a seguir diciendo tonterías?”
Sí, Bella sabía que era una completa tontería. Ella sabía mejor que nadie que no podía ser tan grosera como miembro imperial superior.
Bella Diach dio un pisotón de descontento, aunque el sonido quedó amortiguado por la mullida alfombra.
“Tus invitados estarán disgustados. Y si lo cancelas en cuanto la familia Parvis confirme su asistencia, podrían ofenderse…”
‘Haa, ¿y qué?’
No podía olvidar la mirada de Keira en el banquete del marqués Francés. Por un segundo, Arabella pensó que sería maldecida por un espíritu si su mirada seguía sobre ella.
Su cuerpo tembló al recordarlo.
“… ¿Por qué te ves mal? Dime la verdad. ¿Ella te hizo algo?”
“Por supuesto que no.”
No podría contarle a su hermano aunque se muriera, el hecho de que huyera de Keira cuando los fulminó por hablar en voz alta en el banquete.
‘¡Soy una princesa imperial! Ella es una simple noble, es ridículo.’
El orgullo de Bella estaba herido.
Cada vez que recordaba el incidente, quería patear su manta y hacer un berrinche.
“Dices que no pasa nada, pero te niegas a mirarme a los ojos. Dime con sinceridad. ¿Qué ocurrió?”
Bella se sintió acosada.
Si Michael le preguntaba si había cometido una grosería contra ella, la respuesta sería no, ella simplemente no sabía cómo interactuar con Keira sin temblar de frío por sus miradas.
Los bailes eran para socializar.
Ella sólo era fiel al propósito de la fiesta.
Si tenía que mencionar algo que había salido mal, era que Keira les hacía sentir que hacer ruido estaba prohibido.
‘¡Si quería descansar tranquilamente, deberían haber ido al balcón en lugar de sentarse allí!’
Debería haber discutido en lugar de huir entonces.
Por supuesto, aunque Dios pudiera retroceder el tiempo, ella no lo haría.
Sus ojos…. la hicieron temblar.
“Te lo dije, no es nada. Supongo que hubo… algo de tensión en el baile.”
“¡Te dije que arregles tu personalidad!”
“¡Esta vez no he hecho nada malo! ¿Está mal charlar en un baile?”
“Probablemente no sea sólo eso.”
“¡Sólo me senté a charlar con mis amigas! ¡Pero ella nos miró mal por ser ruidosos! ¡No es justo!”
A decir verdad, Keira no estaba mirando fijamente.
Sólo miraba porque quería unirse a ellos, pero Bella no podía saberlo.
“¿No es ella la que tiene mala personalidad? ¿Crees que es la primera vez que pasa esto?”
“¡Bella!”
Bella gimoteo e hizo un puchero.
Puede que Keira no lo recuerde, pero Bella desde luego que sí.
Una vez tuvieron una conversación cuando asistieron al baile de Año Nuevo organizado por la familia imperial.