Después de caminar lentamente mientras bostezaba, miró ligeramente alrededor de la mesa redonda y se sentó al lado del asiento vacío de Helia.
“… ¿No te pedí llegarás puntual a la reunión, Sharp?”
“… Está bieeeeeeeeeennnnnnnn Sabes lo doloroso que es despertar temprano en la mañana o al amanecer porque soy una persona que cambia el día por la noche.? No soy una persona madrugadora como tú.”
Helia parpadeó ante las descaradas palabras de Sharp.
Desvió la mirada y sonrió.
“… Hola.”
“…..”
“… Eres rígida. He dicho hola, tienes que aceptarlo amablemente.”
“… No hay razón para hacer eso. Tú y yo nunca hemos tenido una conversación adecuada.”
Sharp abrió mucho los ojos y chasqueó la lengua. A Helia no pareció gustarle mucho.
“… Ya sabes, la oruga. Lo investigué y descubrí que los ojos que brillaban en azul. Son una piedra de mana.”
“… ¿Piedra de mana?”
Los ojos de Helia se entrecerraron.
“… Aparte de eso, su estómago y su vientre estaban llenos. Como si una oruga hubiera crecido comiendo piedra de mana, no un cadáver.”
“… A parte de eso, ¿Averiguaste algo más?”
“… Bueno, comparado con una oruga normal, parece una criatura similar pero diferente.”
Sharp sacó los documentos y dijo, mirándolos.
“… Experimenté con esto y aquello usando el ratón que trajiste entonces, y parecía que las antenas son parasitarias al penetrar los nervios.”
“… Mmm.”
“… Aparte de eso, en realidad puse otro ratón, y rápidamente lo infectó.”
“… ¿Lo infectó?”
Preguntó Helia a Sharp.
Sharp la miró y asintió.
Helia cerró la boca por un momento, estrechando la frente.
“… ¿Cómo?”
“… Es un huevo. Pone el huevo en la boca del huésped, lo incuba y lo muerde.”
“… ¿Pone las larvas en la herida?”
“… Sí, eso es. Y la larva que entraba en el cuerpo, segregaba extraños ácidos que circulaban a través de la sangre, descomponiendo el cuerpo del huésped desde las entrañas en un día o dos.”
Sharp dijo frotándose los ojos. Mirando su cara llena de fatiga, debía estar bastante preocupada.
“… Se estaba pudriendo vivo. Es terrible.”
“… Y ponen huevos en los vasos sanguíneos.”
Helia parpadeó lentamente.
Entonces, estaba claro que los infectados probablemente ingirieron los huevos de alguna manera.
Es una época de mutación. Para tratarlos rápidamente, lo mejor era hacerlo cuando eran huevos.
Sin embargo, no había forma de tratar lo que ya había entrado en el vaso sanguíneo, por lo que era correcto decir que estaba casi terminado cuando eclosionaba.
Si comienza a pudrirse desde el interior, un pequeño oscurecimiento de la piel también podría significar que las células o los músculos están muriendo.
‘… Las personas que lo contrajeron la primera vez sobrevivieron mucho más tiempo. Caligo también estuvo bastante tiempo, de uno a dos días.’
Sin embargo, Helia extrajo sangre repetidamente y la inyectó en el ratón, luego volvió a sacar sangre y la inyectó en otro ratón.
‘… No me digas, ¿Están evolucionando?’
La expresión de Helia se endureció.
En ese caso, infectarán y matarán a la gente más rápido a medida que busquen y encuentren huéspedes.
La niña estaba en peligro. Pensó que sería mejor ponerle una inyección lo antes posible.
Fue en el momento en que Helia se levantó de su asiento.
La puerta de la sala de conferencias se abrió de par en par. Era Osborne,con un semblante extraño y urgente.
El rostro del hombre, que no mostraba su expresión, había cambiado a una cara blanca y cansada.
Una sensación de inquietud y debilidad cruzó la espalda de Helia.
Helia apretó el puño.
“… ¿Qué está pasando?”
La expresión de Caligo también se endureció como si sintiera algo inusual.
“… La señorita Clarisse está teniendo un ataque.”
Caligo se acercó a Osborne y lo agarró por el cuello.
“… Exactamente, explica la situación.”
“… Recientemente, su estado era estable gracias a los cuidados de la señora, pero la fiebre aumentó de repente, y ahora está gritando y luchando.”
“… Adelante, vamos a volver.” Dijo Caligo con el rostro rígido
“… Bueno, apresurado la traje aquí en cuanto la he visto, dónde está la señora, pero…”
Caligo, que estaba a punto de marcharse de inmediato, se detuvo y giró la cabeza.
“… ¿La has traído?”
“… Sí, está en el carruaje.”
“… ¿La has dejado sola en el carruaje?”
“… No, con Flora…”
Caligo chasqueó la lengua y se puso en marcha.
Helia se levantó de su asiento, tragó saliva y respiró profundamente.
“… Tráela aquí, Caligo.”
“… Está bien.”
Helia giró la cabeza.
Frunció el ceño mientras miraba a los que parecían estar fascinados.
“…Si tienen una habitación vacía, ¿Pueden prestarme una?”
Dijo, sacando medicamentos y jeringas de la bolsa que traía por si acaso.
En ese momento, estaba bien llevar la medicina, pero, no tenía suficiente tiempo para hacerla de nuevo, así que la traía por si acaso.
Helia apretó lentamente el puño, conteniendo la respiración.
‘… Está bien.’
Puso la medicina en la jeringa.
“… Puedes usar la última habitación de allí.”
Dijo Lennon Cotton.
Helia vio entrar a Caligo con la niña en brazos, e inmediatamente subió las escaleras.
Él la siguió inmediatamente como si hubiera notado su mirada.
La niña parecía cansada de respirar con la cara roja. Un lado del brazo estaba negro.
Helia vio a la niña acostada en la cama.
La niña, que siempre había estado revoloteando a su alrededor con una gran sonrisa, ahora estaba vagando por el borde de la muerte.
“… Helia.”
Caligo la llamó.
‘… ¿Y si muere?’
La niña es demasiado débil y blanda.
Morían fácilmente aunque no los alimentarán durante unos días o estuvieran un poco enfermos.
Ha visto demasiados niños que murieron ante sus ojos. Sus rostros no eran diferentes a los de esa niña.
Helia dejó de respirar.
Antes de darse cuenta, la gente de la sala de conferencias comenzó a llegar.
“… Helia.”
Helia miró a Caligo.
“… Sí.”
“… No va a morir, y Risse despertará como yo. Es la medicina que Helia hizo lo mejor que pudo.”
“… Quiero que regreses cuando esto termine.”
“… ¿Tenías miedo de que Risse y yo muriéramos?”
Ante la pregunta de Caligo, Helia dejó de respirar.
Abrazando ligeramente su cintura, agarró levemente la mano de Helia que sostenía la jeringa.
“… Si es el caso, me alegro mucho. Es porque has hecho la medicina pensando en nosotros.”
Caligo le dio un pequeño empujón y la condujo hacia la niña.
Helia dio fuerza a su cuerpo.
Lo sabía. Tenía que ponerle una inyección a su hija ahora.
Pero no entendía por qué tenía tanto miedo.
Las puntas de sus dedos temblaban de miedo. Caligo miró su mano y la besó ligeramente en el dorso.
“… Estaré a tu lado.”
“… Si hago esto, volverás.”
Helia apretó los dientes y extendió lentamente la mano.
Nunca había salvado a nadie. Lo único que había hecho en su vida era pisotear a alguien o ser pisoteada. Eso fue todo.
Nunca ha intentado salvar a nadie. Solo una vez, a Jane y Millet trato de salvarlas debido a la culpa.
Desde entonces, se ha quedado en el camino.
Helia extendió lentamente la mano y empujó la jeringa en el antebrazo de la niña.
Caligo, que sostenía con firmeza a la niña convulsionando y agitada, le acarició la frente para consolarla.
“… Shh, bebé, está bien. No pasa nada.”
“… ¡Oh, Dios mío!”
Incluso en la oscuridad, la niña derramó lágrimas de dolor como si escuchara la voz de su padre.
Helia frunció el ceño ante el llanto de la niña incluso en medio de su confusión.
Sentía un lado del corazón extrañamente entumecido.
Sacudió la cabeza.
Helia, que inyectó lentamente todo el líquido, tragó saliva. Dejó caer la jeringa al suelo.
“… La fiebre es demasiado alta. Necesito hielo. No puedo usar un antifebril ahora mismo porque administre medicamentos.”
“… Kane.”
“… Sí, Señor.”
Kane, que estaba de pie detrás, se apartó rápidamente.
“… ¿Qué más necesitas?”
“… Ahora nada.”
“… Yo me ocuparé de la niña, ¿Por qué no duermes primero? Tienes la cara hecha un desastre.”
“… No pasa nada. Si duermo sin motivo, mis sentidos se embotan…”
Caligo le tomó la mano de inmediato y la besó con cuidado en el dorso.
Sorprendida por el calor, Helia se apartó rápidamente de su asiento.
“… Te despertaré cuando estés embotada, así que ve a la cama primero. Me aseguraré de que le baje la fiebre.”
Le preocupaba la niña, pero le preocupaba un poco más Helia, que estaba a punto de colapsar inmediatamente.
“… Eres tú, no yo, quien debe descansar.”
Helia respondió con una tensión en el cuello.
“… He dormido tanto tiempo. Está bien no dormir durante tres días.”
“… Aun así.”
Helia miró a la niña con un rostro lleno de preocupación e intranquilidad.
Si hay algún efecto secundario o algún problema, debe tomar medidas inmediatamente.
“… Entonces pondré otra cama aquí. ¿Por qué no duermes aquí y te despiertas cuando yo te hablé?”
“… Pero aún así.”
“… Puedo ver mejor el estado de la niña. Miraré de cerca cada respiración.”
Ante las palabras de Caligo, Helia cerró la boca con fuerza.
Sus ojos dudaron durante mucho tiempo.
Caligo ordenó rápidamente que trajeran otra cama.
Era una orden descarada, pero no podían ignorar al Duque, ya que no eran ni Barones ni Vizcondes, sino sólo personas en el imperio.
Lennon Cotton se levantó las gafas con una mirada de desgana y asintió.
La cama fue preparada rápidamente, por lo qué Caligo acostó a Helia y le cubrió la cabeza con una manta.
“… Duerme, Helia.” Susurró Caligo.
Le besó el cabello y Helia forcejeó, pero no pudo zafarse de la manta.
‘… De verdad.’
Helia suspiró y cerró los ojos lentamente.
‘… Si estoy cansada, tengo que descansar.’
Pensó Helia, parpadeando lentamente.
En el momento en que pensaba en cerrar los ojos durante un rato, estaba completamente aislada del mundo.