Elody y Caville miraron la lluvia durante mucho tiempo.
Y entonces….
La punta de los dedos de Caville rozaron sutilmente los dedos de Elody.
Elody se sorprendió por la sensación que le produjo ese sutil toque.
‘¿Es por el espíritu del rayo? Fue sólo un roce, pero todo mi cuerpo está temblando.’
‘Es extraño ¿Por qué estoy tan nerviosa?’
Elody juntó sus manos e inclinó su cabeza
—Esposa, ¿no hace frío?
— ¿Eh?
Caville se quitó la capa y la envolvió alrededor de los hombros de Elody.
—Está bien…
—No deberías resfriarte.
Caville ató la capa con fuerza, y sin darse cuenta el espacio que los separaba había desaparecido.
Elody incapaz de resistir la tensión del momento, decidió romper el silencio.
—… ¿qué querías decir?
—Yo…Sólo quiero ver la lluvia por un momento.
Caville peino cuidadosamente sus cabellos empapados.
Los dedos de Caville tocaron su frente por un momento, y ella de inmediato sintió una sensación electrizante.
Miró fijamente la cara de Elody.
Su esposa, que había sido empapada por la lluvia, era como una hermosa y frágil hada de la lluvia.
Caville barrió cuidadosamente la gota de agua de la frente de Elody con su pulgar.
‘Está demasiado cerca…’
Elody dejó de respirar, mientras que la cara de Caville parecía acercarse.
Y…
Sus fríos labios tocaron la frente de Elody, y luego cayeron lentamente.
— Por ahora seré codicioso solo hasta aquí.
—…
—Quiero besar tus mejillas, y también quiero besar tus labios.
—Ca….Caville…
—Lo soportaré, hasta que me ames
Elody sintió que sus mejillas se calentaban. Se mordió los labios e inclinó la cabeza.
Sus latidos eran tan fuertes, que parecía que llegarían a los oídos de Caville en cualquier momento.
Elody estaba confundida. Cuando estaba lejos de Caville, escuchaba susurros. Que le decían:
‘Tú y Caville no están destinados.’
‘Es una mentira que él te ame.’
Pero cada vez que Elody miraba a los ojos de Caville, veía un sentimiento sincero, Quería ignorarlo.
‘¿Es una alucinación?’
Cuando estaba cerca de Caville, no podía oír las voces. Y podía dormir cómodamente por la noche.
Cuando esos días continuaron, Elody empezó a sentirse cómoda cuando estaba con Caville.
‘Es como un escudo.’
Elody sentía que las palabras y confesiones de Caville eran sinceras.
Pero no podía responder fácilmente.
Era una especie de estereotipo: que Caville y la Princesa Larissa eran destinos inevitables…
Pero Caville sonrió felizmente, como si no necesitara una respuesta.
‘¿Caville estaba feliz, aunque no le respondiera?’
Sus dudas llegaron.
Elody miró fijamente a los ojos de Caville.
Sentimientos insondables se llenaron en sus bonitos ojos.
Elody se dio cuenta de repente de que la mirada en sus ojos era similar a la que ella tenía cuando lo veía.
Elody nunca había querido ser recompensada por darle afecto a Caville, ella ya era lo suficientemente feliz, incluso si no recibía nada.
— ¿Nos vamos ahora? Norman está casi llorando.
—Lo siento, dijo Caville —mirando a Norman, que estaba rodando sus pies en un paraguas desde la distancia.
—Norman es un sobreprotector tóxico.
—Todos en el castillo se preocupan por ti, y yo soy uno de ellos.
Elody se rió un poco del comentario juguetón de Caville.
Se pusieron un gran paraguas y volvieron al carruaje.
***
— ¿Estás criando un gato? Dios mío, es tan lindo. Todavía es un bebé, ¿no?
Heinz, que le había quitado el gato a Marie lo cargo y acaricio.
Ella desaprobaba a Heinz, que la había estado siguiendo todo el tiempo, aun así decidió no darle mucha importancia.
—Marie, ¿cómo se llama tu gato?
—No lo sé
Heinz, que hablaba con Marie de manera casual, lo desaprobaba.
— ¿Enserio? Dios mío, es muy lindo, miau~,uh?
Heinz resopló de forma inusual y acarició al gato bebé.
Los caballeros y criados a su lado estaban impresionados con aquella vista…
—Es asqueroso.
Heinz miró fijamente a Solar quien lo critico descaradamente, luego miró al gato otra vez y gritó.
—Oh, es tan hermoso. ¿Te beso, eh? ¿Lo hago?
Y luego…
— ¡Miau! — (¡Suéltame!)
El espíritu del rayo golpeó a Heinz con sus garras afiladas.
Finalmente, tres líneas de heridas quedaron en el rostro de Heinz ese día.
****
Elody y Caville volvieron a sus terrenos en el carruaje.
‘Cuando Caville y yo estamos solos en un espacio estrecho, la tensión es insoportable.’
Elody todavía sentía el calor de su frente contra los labios de Caville.
‘Tal vez era realmente febril.’
Caville, por otro lado, estaba acariciando al bebé gato en su regazo, por lo que se veía bien.
***
Elody se bajó del carruaje y se apresuró a ir al castillo.
—Señora, ¿ha estado bajo la lluvia? ¿Qué es lo que…?
— ¡Señora!
Gritaron las doncellas que la esperaban en el castillo.
Estaban nerviosas y preocupadas, los problemas de las criadas fueron graves hoy.
Elody parecía que se iba a caer ahora mismo.
— ¿Creen que se va a desmayar? ¿Debería llevarla a su habitación?
Heinz era uno de los hombres más problemáticos. Por lo que las criadas lo miraban con desprecio todo el tiempo.
— ¿Por qué cargarías a mi esposa?, dijo Caville su voz sonaba irritada.
Heinz bajo la vista.
Buck se inclinó y se dio cuenta.
— ¡Preparen agua caliente!
— ¡Sí, mi señor!
Ante la orden de Caville, Marie agachó la cabeza y subió las escaleras.
—Caville, ¿qué te pasa? —sus labios hicieron pucheros como si preguntara qué estaba pasando.
—Oh, querida, Sirka está esperando.
— ¿Qué?
Su expresión se iluminó.
— ¿Dónde está?
— ¡Aquí estoy!, dijo Sirka, que estaba en la esquina sacudiendo su mano.
— ¡Sirka!
—Señora.
Sirka se acercó a Elody e inclinó la cabeza.
—No te ves muy bien
—Sí, fue bastante duro.
Después de ir a la capital a arreglar la medicina falsa, Elody lo miró con una mirada preocupada, ya que se veía un poco viejo.
— ¿Cómo esta, mi señor?
— Cámbiate primero y vuelvan a hablar, esposa. —dijo Caville, mirando a Sirka con sus ojos desaprobadores Este asintió con la cabeza.
—Lo siento, Sirka, pero necesito que espere un minuto.
—No importa, esperaré.
Sirka miró a Elody y a Caville, que subían las escaleras uno al lado del otro.
Hacía mucho tiempo que no estaban juntos, y ahora parecían perfectamente casados.
No parecían hermanos como antes. Sirka fue al salón, siguiendo la guía de la criada, después de que las dos hubieran sido excluidas.
***
Elody, con la ayuda de Marie, se lavó con agua y se cambió de ropa.
—Señora, póngase esto.
Marie había tomado un grueso chal, diciendo que podría resfriarse. Elody, sin querer ganar la antorcha de Marie, se puso un chal y se dirigió a la oficina.
Cogió un montón de papeles y se dirigió a la sala de estar.
Sirka estaba hablando con Caville, que llegó primero.
— ¿Qué hay de la medicina falsa?
Cuando le preguntaron eso, tan pronto como Elody se sentó, Sirka suspiró.
Marie había traído el carrito para los tres. En donde traía un té de fresa hecho por Elody y las criadas.
— ¡Oh! Eso huele bien, ¿qué es esto que estás sirviendo?
—Lo he creado, y va a ser caro, ¿verdad?
—…es usted toda una comerciante mi señora.
Elody le preguntó a Marie, que estaba a punto de dejar el carrito.
—Marie, trae el té que tomó todos los días.
—Sí, señora.
‘Tengo que tomarlo ahora, porque no pude tomar el té esta mañana.’
—Estaba investigando el caso de la droga falsa, y me metí en problemas y llegué tarde.
— ¿Qué clase de problema?
—Se están moviendo con mucho cuidado, así que me llevó mucho tiempo averiguarlo, y he trabajado con la gente de la capital para averiguar qué tipo de personas son…
Elody respiró y escuchó a Sirka.
—Pero en el proceso, hubo problemas con esa organización.
— ¿Qué organización?
—Una especie de organización criminal.
‘¿Hubo una pelea?’ Elody esperó las siguientes palabras de Sirka.
Fue entonces cuando…
—Toc toc—
Elody permitió que entrara cuando oyó que llamaban a la puerta del salón.
—Señora, le he traído lo que me pidió.
Marie puso el té humeante sobre la mesa.
—Gracias, Marie.
Elody cogió la taza de té y se bebió su salvador caliente.
Y entonces la mano de Elody se detuvo.
‘No es un tallo, es una hoja.’
‘El sabor era más intenso que el habitual. El aroma era el mismo, no lo dudó, pero definitivamente era té de hoja.’
Pero el té ya había pasado por su garganta. Elody miró la taza de té con ojos asustados. Parecía ser bastante espesa.
El carro de madera dejado en el castillo parecía haber caído y estaba hecho de té de hoja.
—Esperen un momento. —Elody saltó de su silla
— ¿Señora?
—Esposa, ¿se encuentra bien?
Elody intentaba sacar un pañuelo de sus brazos a toda prisa con una sensación de cosquillas en la garganta.
‘La última vez que esperé todo el tiempo, los síntomas llegaron tarde, ahora empezaron a aparecer.’
— ¡No!
—Khap—
Era una señal. Elody sintió un cosquilleo bajo su cuello, y se puso el pañuelo en la boca.
— ¡Cof, Cof! —
Pero al final, la tos estalló.
El pañuelo era pequeño, por lo que no falto mucho para que estuviera lleno de sangre roja.