Elody golpeó el brazo de Caville, pero este no tenía intención de moverse.
—Creo que soy un poco más lamentable. Sólo tengo una esposa en el mundo, y ella podría abandonarme…
— ¿De qué tonterías estás hablando?
Elody miró fijamente a Caville.
‘Sin mi esposa, moriría en un instante. Nunca podría vivir.’ Pensó Caville.
Caville habló con un rostro desdichado como si hubiera sido abandonado. Elody estaba atónita. El día anterior, también… estaba tan desanimado, y dijo lo mismo. Parecía muy celoso por la forma en que la miraba.
Pero incluso los celos infantiles se sentían bonitos.
Elody acarició la cabeza de Caville.
—…
Caville frotó su mejilla contra el hombro de Elody y gradualmente se acercó al cuello.
Contrariamente a lo que pensaba Elody, las entrañas de Caville estaban ardiendo en celos.
—Espera un minuto…
Caville comenzó a besar el cuello de Elody directamente.
Se escuchó un golpe en la puerta de la oficina mientras bajaba para hacerle cosquillas.
Elody saltó del lugar con sorpresa.
—Esposa.
Después de una gran tos, Elody dijo que entrara. Fue Marie quien entró.
—Hmm…
Elody se quedó aturdida y se tocó la nuca torpemente.
Dándose la vuelta, Caville estaba sentado en el sofá con una cara casual.
— ¿Qué es esto?
—Es un té helado especial para el señor.
Marie puso un gran vaso frente a Caville de una manera particularmente dulce.
—Tengo el tuyo también, así que ven y toma un sorbo.
‘Ahora que lo pienso…’
Elody impidió que Marie dejara su vaso.
— ¿Cuándo empezaron?
— ¿El qué?
Marie preguntó de una manera muy linda, como si no supiera nada.
—Este té helado de Frambuesa… ¿cuándo lo empezaron a hacer?
—Son de las frambuesas que usted misma cultiva.
Marie respondió como si algo estuviera mal. Elody cerró sus labios con fuerza. Cuando Marie se fue, Elody se sentó frente a Caville.
Caville estaba bebiendo el dulce y fresco té helado sin problemas.
Elody sabía lo grandiosa que era esa fruta.
Era una fruta creada por ella misma, y era lo suficientemente efectiva para venderse como pan caliente.
De hecho, escuchó que un niño nació entre una pareja que estaba por divorciarse en la capital.
‘Me alegré por la pareja de la historia de Sirka… pero incluso Caville estaba tomando esto. Eso es increíble… ¿es por eso? Entonces…’
— ¿No dejarías de tomar esto, Caville?
— ¿Por qué? —Preguntó con los ojos abiertos como si algo estuviera mal con él.
Elody se las arregló para dar una respuesta después de luchar contra la vergüenza.
—Si es demasiado…podría no ser bueno. Es como…
Las comisuras de la boca de Caville se elevaron ligeramente, ante las dificultades de su esposa por dar una respuesta.
—Está bien, no tomare si no te gusta. No me importa.
— ¿Eh?
‘Tengo suficiente confianza aunque no tome nada como esto.’ Eso parecía decir los ojos de Caville.
Las mejillas de Elody se enrojecieron.
—Deberías tomarlo más que yo. Eres demasiado débil, esposa.
—… No soy débil, es que tú…
Elody cerró los labios mientras intentaba hablar.
Era una conversación demasiado acalorada incluso aunque fuera de noche, pero en ese momento el sol todavía relucía en el cielo.
—¡…!
Entonces… Elody giró la cabeza sorprendida.
Cuando estaba roja y acalorada por la vergüenza, Caville se sentó a su lado.
—Esposa.
—…
—Eres muy ingenua. A partir de ahora, te lo contaré todo.
— ¿Qué…?
Elody pudo ver en sus ojos que sabía lo que quería decir.
La ceja de Elody se arqueó.
‘¿Desde cuándo ha sido tan obvio? Aún recuerdo a Caville, que era tímido y se sonrojaba… ¿quién era este desvergonzado? ¿Ha estado fingiendo ser avergonzado?’
— ¿Cómo sabes todo?
Preguntó Elody extrañada. Caville respondió con una mirada tímida.
—Yo… creo que nací con ello.
Obviamente, se veía tímido, pero el problema era que no se veía nada tímido a los ojos de Elody.
—Debes ser un genio natural que sabe cómo enseñar de todo.
Elody suspiró profundamente.
Sin importarle, Caville abrazó a lado a Elody y se aferró a ella.
Se sentía como si hubiera espíritus de bebé colgando a la vez.
* * *
Mientras tanto en el palacio.
—Su Excelencia, ¿se encuentra bien?
—No me importa.
El sirviente del príncipe heredero estaba al límite, pero no importaba qué hiciera… él le servía desde que regresó a palacio. Por eso se dio cuenta. Vio cuán herido está el Príncipe Heredero.
‘Cada día su odio es peor…’ El sirviente suspiró con pena.
El Emperador odiaba al Príncipe Heredero. Todos en el palacio sabían esa verdad.
Por mucho que intentara esconderlo, estaba a la vista.
Bueno, ahora se ha burlado de cosas inútiles como su aspecto y apariencia.
Ahora se enfadaba solo con verlo con sus propios ojos.
“— ¡Cómo te atreves a mirarme con esos ojos tan descarados!”
Recientemente, el Príncipe Heredero ha sido incapaz de levantar la cabeza.
Además, los hijos pequeños de la actual Emperatriz ignoran al Príncipe Heredero… eso no se debería permitir.
‘No puedo creer que hayan ignorado al Príncipe Heredero.’
Sin embargo, era posible, porque el Emperador odiaba al Príncipe Heredero y permitía dichas actitudes.
Hace poco, los hermanos menores se rieron del Príncipe Heredero.
El sirviente miró al Príncipe Heredero con ojos ansiosos.
—……
El príncipe heredero, Alenus, recordaba la primera vez que vino al palacio.
En ese momento, el Emperador era un padre cariñoso. Incluso más que el sacerdote que lo crió. Pero la actitud no duró mucho, cuando la nueva emperatriz dio a luz a sus hijos, el Emperador empezó a mantener a Alenus alejado.
El emperador esperaba que estuviera cerca del templo cuando ascendiera al trono.
Pero no fue así.
Se crió en un templo, pero a Alenus no le gustó nada.
El templo del territorio exterior donde creció era un lugar pobre donde no recibía ningún apoyo de parte del templo de la capital.
Además, los sacerdotes que venían a visitarlo desde capital le quitaban lo poco que tenían.
También contaban historias sobre su madre y él al Emperador, que al final la mató.
Todo era mentira, estaba resentido con ganas de vengarse.
Pero no había nada que pudiera hacer, por ser débil.
‘De todas formas, no tengo ningún noble fuerte que me apoye.’
No tenía ningún deseo de convertirse en Emperador.
Hasta que recibió esa carta que decía que lo harían Emperador.
Alenus ordenó a su sirviente, que asentía con la cabeza.
—Creo que tendré que reunirme con ellos.
— ¿Está usted seguro?
La cara del sirviente era brillante. ¿Finalmente estaba decidido? Ante la buena noticia, el sirviente asintió rápidamente.
Tenía que contactar con el mercader lo antes posible, antes de que cambiara de opinión.
* * *
Mientras tanto, la princesa Larissa, que salió para encontrarse con el mediador, llegó cerca de la mansión del conde McClaire.
Colin, el nuevo oficial de mayor confianza del sumo sacerdote, estaba reunido. Trabajó durante mucho tiempo con el Conde. Así que preguntaron por una sirvienta por alguna pertenencia de Elody.
—Bueno, es de la Sra. Elody… había una muñeca que le encantaba.
— ¿Muñeca?
—Sí, era un osito de peluche y una manta, pero no llevaba nada cuando se fue, así que debería permanecer en la mansión.
El artículo con el accesorio, funcionaría bien…
Colin y la Princesa Larissa se dirigieron a la mansión McClaire.
La atmósfera del Conde McClaire era sombría.
Tal vez porque todas las demás familiares y empleados se habían ido, parecía que un fantasma iba a salir en cualquier momento.
El Conde McClaire era un alcohólico que le daba igual todo. Vendió a toda la gente de la mansión y vivía solo.
Su única posesión era ahora solo la mansión.
Cuando dijeron que querían ver la mansión, el Conde McClaire contesto,
—Para comprarla son tres veces el precio de mercado, y para mirar alrededor tienen que pagar.
Larissa frunció el ceño, pero Colin sacó el dinero diciendo que no había problema.
El Conde McClaire, un anciano, miró a Larissa con ojos sombríos mientras tanto.
‘Esa cantidad está bien.’ Larissa pensó para sí misma y subió las escaleras con Colin.
Preguntó dónde estaba la habitación de Elody la actual Duquesa, pero el Conde respondió que no sabía quién era.
Esto se debe a que olvidó todos los nombres de sus hijos cuando el alcoholismo se volvió serio.
Para él, Elody no era más que alguien a quien vendió hace tiempo.
Eventualmente, los dos comenzaron a mirar alrededor mirando las habitaciones una por una.
Tal vez porque no estaba limpia, los ratones vivían ahí y olía mal.
—Esperaba que estuviera sucia y sombría porque es donde la Suquesa creció, pero no esperaba que estuviera tan mal.
La princesa Larissa tenía un aspecto horrible.
—La encontré.
Luego, Colin encontró algo en el armario de la esquina de la habitación.
La cara de Larissa, que intentaba bloquear el olor cubriendo su nariz, se iluminó.
Estaba claro que era lo que la criada había dicho.
Además, había un collar de tela con el nombre de la Duquesa en el cuello del oso.
Un oso de peluche, en este lugar…
De repente, se preguntó si era inocente cuando era joven.
Pero no lo creía realmente.
— ¿Cómo puede tener un padre así?
—Volvamos al templo ahora.
—Sí. Por cierto. Antes de eso, tendremos que ocuparnos del Conde McClaire y de la criada.
Significaba que tenían que matarlos.
Larissa entendió el significado, pero asintió como si no lo supiera.
La criada le dio lástima, pero no pudo evitarlo.
Y el Conde McClaire era una basura de todos modos. Además, era el padre de Elody. Larissa se frotó el brazo con la palma de su mano como si estuviera harta de ello.
Los McClaires eran gente realmente espeluznante.
Como hija de tales padres, podía ver por qué la Duquesa se había vuelto igual.
Era natural no poder evitar compararlo con sus amables y cariñosos padres.
‘No puedo creer que una mujer así tenga ese hermoso apellido…’
El castillo pronto se convertirá en una sucia mansión.
Así que tenía que ser detenida rápidamente. Larissa esperó en silencio en el carruaje hasta que Colin se ocupó del conde y la doncella.
Cuando Colin llegó, regresaron rápidamente a la capital en un carruaje.
Después de unos días, el mundo cambiaría.
En el mundo que ella no estaba arruinada, en el mundo original,
Larissa echó un vistazo a la mancha de sangre en la manga de la chaqueta de Colin.
‘¿Es la sangre del Conde McClaire?’
La sangre de un McClaire sucio y vil.
Se le puso la piel de gallina al recordar a la Duquesa, que tenía la misma sangre que el Conde McClaire.
Pero, por otro lado, la idea que su padre ya no estuviera en este mundo se sentía bien. Se sintió aliviada cuando pensó eso.
De alguna manera Larissa sentía una luz en sus pies.
‘Todo parece ir a mi favor. ¡No pasará mucho tiempo antes de que recupere mi hermoso castillo!’