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 Ifrit miró los hombros caídos de Elody y pensó en qué decir por un momento.


‘Caville, seguramente esté enojado…’


Ha pasado mucho tiempo desde que había visto a Caville así de enojado. No, era la primera vez que lo veía así. Ifrit era quien más conocía el ánimo de Caville.


Él sabía cuánto valoraba a Elody.


Era por eso que lo comprendía. Él siempre hablaba de ella. Si le abrieras el cerebro de Caville, lo encontrarías lleno de pensamientos sobre Elody. Ifrit le dio una palmada en la espalda a Elody con lástima y arrepentimiento.


—Lo entiendes. Es así de simple.


—Sí….


—Porque él tenía miedo de que estuvieras en peligro…


A pesar de su tardío consuelo, la expresión de Elody seguía oscura. Era bueno bromear, pero al ver la figura caída de Elody, Ifrit se sintió incómodo.


—Te daré más cristales elementales.


Ifrit finalmente decidió compensar su burla y animarla de otra manera.


—Gracias, Ifrit.


Sin embargo, la expresión de Elody seguía siendo sombría.


—Oye, ¿no te importa lo que dije?


—…….


Parecía no importarle mucho.


Ifrit dijo:


—Voy a darte cristales.


Ella seguía sin responder.


—No te preocupes, todo lo que dije fue en broma, él nunca te abandonaría, por nada en el mundo.


Si Elody llegara a abandonar a Caville, él seguramente iba a destruir todo lo que tuviese al frente. Ifrit lo sabía más que nadie. Y lo escondería de que la mayoría por las dudas.


Ifrit tosió en vano y continuó:


—Tú eres la única persona para él en el mundo, él es el único para ti también. No le importa nada más.


—……


Elody guardó silencio.


Su corazón le pesaba, ella ya sabía eso de Caville.


Lo sentía por Caville. Finalmente, después de mucho tiempo, Elody, con un cesto lleno de hierbas, llegó al castillo. Tanto los caballeros como los sirvientes no sabían a dónde se estaba dirigiendo dentro del castillo. Al entrar en el castillo, Norman se le acercó con una expresión feliz desde lejos.


—Señora, todos los monstruos salvajes han sido acabados. Nadie resultó gravemente herido.


Norman parecía haber oído hablar de la situación en el bosque mediante un artefacto de comunicación.


—Sí…


—Estoy tan contento de que esto saliera bien. El señor dice que él también está a salvo.


—…….


Elody asintió levemente y se dirigió a la habitación.


— ¿Qué le pasa a la señora?


Norman respondió con un rostro curioso.


* * *


Caville no regresó al castillo hasta tarde.


Quemó todo los cuerpos de los monstruos muertos y revisó si había alguna pista sobre la causa de la aparición de los mismos.


Actualmente estaba pensando en la expresión de Elody, avergonzada y tímida de verlo, era la primera vez que lo veía así.


—Maldición…


No debería haber hecho eso. Nunca antes había hecho una mueca frente a su esposa, pero al menos en ese momento, estaba desesperado.


En el momento en que vio a Elody en el bosque, Caville sintió como si se cayera de un acantilado en un instante. Su corazón colapsó. Su deber era mantener a salvo a su esposa.


Pero ella estaba ahí.


Se consoló a sí mismo con un sentido de responsabilidad que no pidió. Podía protegerla, así que tenía que estar ahí para ella. Pero si su esposa se lastimaba…. Él tenía que protegerla.


Él no era más que una carga para su esposa. Caville miró su cuerpo cubierto de sangre.


Fue algo espantoso.


Era horroroso pensar que su esposa había visto todo eso. Se quitó toda la armadura, limpió todas las manchas de sangre con agua limpia y borró el terrible olor a sangre de él. Después de lavarse y cambiarse, Caville se miró frente al espejo. Aunque parpadeó varias veces, no pudo ver más las manchas de sangre. Y sin embargo, tiene miedo.


Lloriqueó.


No quería ser alguien que le daba miedo a su esposa.


Caville, que se miraba más allá del espejo, hundió el rostro en la palma de la mano como si no tuviera esperanzas.


—Ahora qué pasa si realmente me odias…


Entonces realmente no podía hacer nada. Su terrible imaginación siguió haciéndole pasar una mala jugada en un instante.


* * *


Caville dudó un buen rato frente a la puerta de su habitación.


No podía pensar en cómo enfrentar a su esposa.


—Dios…


Después de maldecir en voz baja, apoyó la frente en la fría pared. Decidió juntar coraje en un momento. Al igual que cuando tenía miedo de los adultos cuando era niño, se tomaba su tiempo.


Tiró del picaporte.


—……


Elody, que estaba sentada en la cama esperando a Caville, se levantó de un salto.


—Caville…


—…


Caville no pudo acercarse a Elody, pero se quedó allí un momento y la miró de puntillas.


No tenía el coraje para mirarla a los ojos. Tal vez deberían de dormir separados. Y tener más distancia por un tiempo.


—……..


No.


Ni siquiera sabía si ella estaba pensando en escapar de él como lo había hecho una vez antes. Caville miró hacia arriba lentamente con ojos llenos de miedo.


—Caville…


Cuando volvió a la realidad, Elody estaba de pie frente a él.


—Caville, lo siento.


—….


Los ojos de Caville temblaron de confusión. Sus ojos estaban expresando que no entendía el significado de esta disculpa. Elody tiró de la mano de Caville y la sostuvo.


Sintió pena por sus manos frías.


—Lo siento, Caville. Estaba tan preocupada por ti que yo…


—……


Él tenía muchas responsabilidades encima.


— ¿Estás herida en alguna parte?


Elody miró preocupada el cuerpo de Caville.


—Esposa.


Caville miró a Elody con ojos tristes.


— ¿Por qué te disculpas y si dices eso, cómo puedo…?


— ¿Caville?


Las lágrimas cayeron de sus ojos. Elody se sorprendió y se limitó a mirarlo. Caville tomó a Elody entre sus brazos.


Fue un toque desesperado.


—Esposa… lo siento. No debería haberte gritado, pero tenía tanto miedo de que te lastimes. Así que…


—…….


—Lo siento, lo siento.


—Está bien. Lo sé bien, Caville. Lo siento también.


—….


Caville apoyó su cabeza contra el cuello de Elody sin decir una palabra.


Lágrimas calientes empaparon el pijama de Elody.


Ella lo abrazó y le acarició su ancha espalda.


—Tengo miedo de que me odies y que me dejes de nuevo.


—…….


Caville confesó en voz baja.


Con una voz temblorosa y llena de miedo, volvió a corregir sus propias creencias.


Ellos no conocían tan bien a Caville, quien no daba miedo, sólo tenía miedo. Como un niño, débil, tierno, puro, Caville no era de temer.


Elody se apartó lentamente de Caville.


Caville la miró con curiosidad.


La cara de Caville estaba hecha un desastre. Sintiéndose avergonzado, inclinó su cabeza y se secó las lágrimas de las mejillas. Sin embargo, cuando Elody extendió la mano y le acarició la mejilla, la mano de Caville se endureció.


—Caville, nunca me iré de tu lado.


—….


—Nunca…


—Esposa…


—En realidad, Caville… yo…


Elody movió sus labios con vacilación. Él miró a Elody, esperando.


Los ojos de Caville se abrieron en sorpresa.


—¡……!


Los labios de Elody estaban contra los de Caville. Ella se separó y él la miró sorprendido.


Tocó su mejilla y la acarició con su pulgar. Se miraron avergonzados.


Elody dio un paso atrás sin darse cuenta debido a la delicada atmósfera. En el momento en que sintió la pared fría detrás de su espalda, recobró el sentido.


En un momento, Caville y Elody, atrapados contra la pared detrás de la espalda de ella, se miraron otra vez con vergüenza.


No era de extrañar que pareciera abrumado.


—Caville…


—No me digas que…


Caville actuó como si se hubiera dado cuenta de lo que diría Elody.


Elody apretó sus labios.


¿Caville no quería escuchar su confesión?


El miedo lo inundó.


Inclinó la cabeza con un rostro distorsionado. Y de repente, sus emociones cambiaron de vuelta.


Él la abrazó con cariño. Sintió su temperatura corporal.


—Si lo escucho ahora, no podré resistirme…


—Caville…


Dejó escapar un breve suspiro.


—Esposa, esposa, me estás volviendo loco.


—…..


Elody se detuvo ante la voz acalorada de su esposo. Los ojos de Caville parpadean suavemente mirándola.


—Me estás volviendo realmente un desastre…


— ¿Te estás conteniendo?


—…….


—Esposa, no sabes que puede suceder.


—Caville…


—Entonces, ahora no…


Las mejillas de Elody se enrojecieron ante una advertencia acalorada.


En la voz baja de Caville, sintió que la emoción fluía porque no podía contenerse. Entonces Elody se acercó con determinación. Luego sujetó la mejilla de Caville con ambas manos.


Su voz temblorosa se sintió terrible, pero Elody se armó de valor.


—No tienes que contenerte, Caville. Yo…..


Incluso antes de que terminara de hablar, sus labios secos golpearon apresuradamente. Los labios de los dos se superpusieron y se acariciaron. Fue un primer beso doloroso.


La punta de la nariz que se tocaba era preciosa.


Caville besaba con pasión a su esposa, conteniendo un impulso violento, con una sensación de derretimiento.


Por su parte ella, sentía que las lágrimas caían por las mejillas de Caville. Elody secó las lágrimas con cariño y aferrándose más a él. El beso, que fue lento y dulce, se llenó de un calor ardiente. Caville abrazó a Elody con fuerza y ​​deslizó un dedo por su cabello.


Sus cabezas estaban distantes del dulce aliento del otro.





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