—Entonces sólo necesitan llevarme ahí.
— ¿Eh?
—Pueden quedarse con él después si quieren.
— ¿Quién?…… ¿Hablas de Ifrit?
Mientras tanto, Ifrit alzó su pecho y murmuró algunas palabras alardeando de sí mismo que nadie prestó atención.
Elody lo ignoró también más interesada en Caville.
—Llévenme a ver a Caville.
— ¡No!
Dijeron, volteando la cabeza, todavía estaban molestos con Caville.
— ¡No nos guta Caville! —Gritó el oso bebé.
El gatito, mientras que los otros protestaban, dormía sin saber qué estaba pasando. Elody con severidad, mirando al pajarito y al osito, les dijo:
—Si Caville muere, yo también moriré. ¿Y si muero, quién les daría más fresas?
Ellos la miraron confundidos.
—Si mi maná desaparece, todo este invernadero desaparecerá.
Las pupilas del pajarito y del osito temblaron, tal vez porque se sintieron amenazados.
—Por favor… Ayuden a Caville, llévenme con él.
— …
— ¡Oh eshta bien, las freshas lo valen!
El pajarito, que se apresuró a juzgar la situación, asintió. El bebé oso accedió también, de mala gana. Elody se disculpó de todo corazón con los caballeros que la custodiaban fuera del invernadero porque se preocuparían por no encontrarla y abrazó a los espíritus bebés. Sus ojos temblaron y en un instante, después de parpadear un par de veces, ya se hallaba cerca del Bosque de la Muerte. Escuchó voces de soldados gritando desde todos los lugares. Cuando vio que el humo que se elevaba desde el bosque, la ansiedad le invadió el cuerpo. Elody abrazó a los espíritus bebés y miró a su alrededor para encontrar a Caville.
— ¿Eh? ¿Señora?
En lugar de Caville, fue Heinz quien encontró a Elody, y tenía una mirada sorprendida en su cara como si hubiera visto a un fantasma.
— ¿Qué? ¿Realmente eres la señora? ¿Qué estás haciendo aquí?
—Caville… Um… ¿Dónde está él?
Elody miró la armadura de Heinz llena de sangre y le preguntó eso nerviosamente esperando que nada malo le haya ocurrido…
—Oh, será mejor que no lo veas ahora…
— ¿¡En dónde está Caville!?
Heinz se tenía que enfrentar a una Elody enojada y aterradora.
Miró a su alrededor. Luego se arrancó la capa con sangre y cubrió a Elody con ella.
—No es bueno que la vean aquí, así que lo siento pero no tengo nada más que esta capa.
Heinz guió a Elody a través de los soldados que corrían. Pronto, Elody descubrió por qué Heinz le dijo eso. Elody se escondió detrás de un árbol y observó el interior del bosque con temor.
¿Qué diablos estaba pasando? Los monstruos estaban haciendo un gran escándalo.
Y en medio de todo, Caville estaba involucrado…
—…..
Elody respiró hondo y unos escalofríos treparon a su columna. Lo vio y sintió realmente que ese no era el Caville que conocía. Había sangre en su armadura, pero ni una sola gota de sangre proveniente de él mismo. Caville estaba matando monstruos muy a la ligera, como si los estuviera cazando.
Era como verlo en primera fila. La espada de Caville, tocaba a los monstruos como si se tratara de un juego y los acababa de inmediato.
Sí, una matanza.
Eso era una matanza…
—Sólo quería comprobar si estaba bien o no…
Ifrit, cerca de ella, murmuró:
—Míralo.
Elody tragó en seco, tenía miedo. Por primera vez, Caville le causaba ese sentimiento.
— ¿Qué?
Dijo un espíritu que se despertó de su sueño. Confundido, preguntó el gato bebé medio dormido. Elody golpeó al gato bebé para que se durmiera de vuelta.
— ¡Wow eso es eschalofriante!
—Ups…
Cuando el pajarito y el oso bebé vieron a Caville, se asustaron, por lo que se aferraron al cuerpo de Elody. Cuando realmente llegó a la conclusión de que no debería haber venido, Elody se giró hacia Heinz mientras observaba a los monstruos extrañamente salvajes.
Heinz le dijo:
—Lo siento. Estaba seguro de que no querría verlo así, realmente.
Heinz, quien se encogió de hombros, se sorprendió cuando Elody le volvió a preguntar algo:
— ¿Qué provocó que los monstruos vengan por estas zonas?
—Bueno, escuché que corrieron hacia nuestros territorios de manera repentina, como si lo único que tenían que hacer era venir a Cernoir. Nunca había oído hablar de algo como esto antes.
Algo estaba mal aquí. ¿Provocaron deliberadamente a los monstruos?
De repente, los espíritus en sus brazos temblaron como si algo los molestara y abrazaron a Elody con fuerza. Miraron hacia arriba con sorpresa y…
Cuando te deshicieron de todos los monstruos, Caville estaba justo frente de ella, con mucha sangre por todo su cuerpo.
— ¡Heeee!
Heinz se asustó y trató de darse la vuelta y huir. Caville, que sostenía su espada, como si nada lo detuvo, parecía muy molesto. Elody respiró hondo mientras que miraba hacia los ojos a Caville, que estaba a punto de matar a cualquiera que tuviese en frente de forma inmediata.
—Oye, Caville…
Los ojos de Caville se volvieron nuevamente hacia Elody. Bajó la mirada hacia su estado sangriento y chasqueó su lengua.
Y preguntó con voz fría:
— ¿Quién trajo a mi esposa aquí? Díganmelo.
Era una voz fría que nunca antes había sido escuchada por Elody.
—Fue…
La interrumpieron.
— ¡No debes de venir…!
— ¿Qué pasa si te pones en peligro?
—Oye, Caville…
—Dios…
Caville sacudió su cabeza con enojo. Elody era la única que pensaba que Caville era alguien dócil. Cerró la boca porque se veía muy extraño como para hablarle. Caville se mordió los labios con fuerza y le gritó a Heinz, que estaba detrás de él:
— ¿La trajiste aquí?
— ¡Oh, no! ¡Yo no!
Dijo Heinz, sacudiendo las manos y la cabeza.
—… Por ahora, vuelve.
Caville, que respiró hondo por un momento, dijo con una voz mucho más dominante.
—Sí, p-primero, me iré de aquí.
Elody apenas habló y se escapó.
Le dio la espalda y le susurró algo a los espíritus de los bebés. Cuando volvió a abrir los ojos, estaba dentro del invernadero.
—Te dije que no fueras, ¿no es así?
—…..
Ifrit se burló de ella como si le gustará hacerlo.
— ¿Viste algo bueno? ¡No me quisiste escuchar! Mírate ahora.
Ifrit negó con la cabeza como si fuera algo terrible y le preguntó a la perdida Elody:
— ¿Tu esposo sigue siendo tan lindo?
— ¡Caville no esh lindho!
— ¡Da mieo! ¡Les dije que eda moleshto!
—Tengo hambre…
Los espíritus bebés respondieron las palabras de Ifrit.
El gato bebé, que todavía estaba medio dormido, se tumbó en el campo de fresas y volvió a dormir.
—….
Y Elody recordó el rostro de Caville, quien acababa de ver.
Sintió que tenía que dejar de decir que conocía mejor el corazón de Caville que el resto del mundo. Quizás realmente no sabía que otras personas sabían más sobre él que ella.
Aterrador, insensible, estricto…
—Ahora le tienes miedo a tu marido, ¿no? No es lindo en absoluto. No es encantador, ¿verdad?
Ifrit le preguntó de manera retórica para molestarla y Elody frunció su ceño.
— ¡Esh terrible!
— ¡Da miedo!
El osito y el pajarito también molestaron a Elody.
Ifrit le sonrió a los espíritus bebés como si fueran aliados en esta batalla contra Elody.
Elody suspiró profundamente.
No era ese tipo de problema. Caville se habría sorprendido. Apareció pensando que ella estaba a salvo en el castillo.
Pero era ridículo escuchar que era terrible.
Fue de repente cuando la llamó.
—Señora, ¿ocurre algo?
Fuera del invernadero, escuchó a Marie llamar a la puerta y preguntar por ella.
Elody respondió:
—Estoy bien.
Luego se sentó en el suelo del invernadero. Sus piernas estaban en el suelo, relajadas.
Finalmente, parecía tener espacio para calmar su corazón sorprendido. Podría escuchar sus latidos tranquilos. Aparte de todo lo demás, se sentía aliviada de que Caville no estuviera herido.
—Por cierto… Caville parecía muy molesto…
Ifrit resopló ante las palabras de Elody.
— ¡Por supuesto! Lo más importante para él es tu seguridad. ¿No ves que te puso al cuidado del gran Ifrit?
Ella gruñó.
— ¡Él piensa que eres más preciada que su propia vida!
Con el regaño de Ifrit, Elody no tenía más palabras que decirle. Sin embargo, no pudo evitar no ir porque estaba preocupada. Los recuerdos borrosos que vio en sus sueños se superponían con el aspecto de Caville… Cada vez que Elody recordaba haber visto morir a Caville, su corazón…
Se hundía.
Entonces, aunque sabía que era imprudente, aparte de impulsiva, se vio obligada a ir. Tal vez se advertía a sí misma de antemano, en caso de que su sueño sea un sueño premonitorio. El miedo dispersó momentáneamente la razón de Elody.
—Debe de estar muy enojado. Te vas a meter en problemas.
Ifrit siguió burlándose de Elody para ver si la situación se pondría divertida.
— ¡Podría decir que ya no querrá vivir contigo!
—……
La expresión de Elody se oscureció rápidamente ante sus palabras.
— ¡De ninguna manera! … ¡No es posible!
Ella se enojó tanto que le gritó.
Cuando recordó la apariencia de Caville, su corazón se aceleró nerviosamente. Las emociones en sus ojos eran miedo, desesperación y ansiedad. Temiendo que pudiera lastimarla, el pánico lo dejó con los ojos del hombre más débil del mundo.
— ¡Qué enojada debes de estar!
— ¡Estoy enojada!
— ¡Era aterradoh!
Los espíritus eran como la audiencia de Ifrit.
Se burlaron de ella, imitándolo. La expresión de Elody se convirtió gradualmente en una amargada con lágrimas.
— ¡Así que escucha lo que dice el gran Ifrit!
— ¡No! ¡Eres un tonto Ifrit!
— ¡Ifrit, idiota!
Repitió un pajarito.
— ¿Qué dijiste mocoso?
Elody suspiró cuando vio a Ifrit discutiendo con el pajarito. Después de poner fresas en la boca de los ruidosos espíritus, Ifrit se veía triste. Miró a Elody. Estaba tan conmocionada que se burló de ella pero Elody lucía muy mal. ¿Se burló demasiado de ella?
La expresión de Elody era sombría.