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 “—…Divorcien…”


En el momento en que escuchó la palabra. Caville sostuvo la mano de Elody más fuerte.


— ¿Qué quieres decir?


A la pregunta de Elody, Ray respiró profundamente y respondió.


—Quiero que te divorcies y vengas a la torre. No puedes ponerte en peligro nunca más.


—Pero…


—Es demasiado peligroso, Elody. Es a ti a quien buscan. No sabemos cuándo volverá a suceder.


—…


— Vamos a la torre, puede mantenerte a salvo. Tengo la obligación de protegerte y responsabilizarme de ti.


Era hora de que Elody abriera la boca para refutar. Pero las palabras de Caville fueron las primeras.


—No eres capaz.


— ¿Qué?


La frente de Ray estaba arrugada.


—Escapaste dejando atrás a mi esposa, a tu pequeña hermana.


—…. eso es…


Ray se calló como si no tuviera nada que decir. Quería decir algo, pero no se le ocurrió nada.


Lo que Caville decía era verdad.


— Sólo porque la misma sangre fluya, no significa que sean familia.


—…….


Las cejas de Ray estaban arrugadas por las palabras de Caville.


Ambos se miraron fijamente.


Elody apretó la mano de Caville.


Y habló con firmeza.


—En realidad, había tomado la decisión de divorciarme.


Las palabras oscurecieron el rostro de Caville. Mientras tanto, la cara de Ray se iluminó.


—…….


—Elody, entonces…


—Me equivoqué en tomar esa decisión. En ese momento todo fue un malentendido… Hermano, desde el momento en que llegué aquí, Caville y yo nos convertimos en familia.


La cálida mirada de Elody se volvió hacia Caville.


—Todos en este castillo son mi familia ahora, pero en ese momento, él era el único.


—Elody…


—Éramos la única familia del otro.


‘De repente, recordé la primera vez que vi a Caville.’


Caville, que estaba lleno de heridas, pequeño y tierno, y ella misma que había sido abandonada y vendida por su padre y con los recuerdos perdidos.


‘Lo que más necesitábamos era una familia para curarnos las heridas mutuamente. Y estábamos dispuestos a ser los únicos el uno para el otro.’


Las firmes palabras de Elody sacudieron la mirada de Caville.


—No sé por qué, pero lo he sentido desde que lo vi por primera vez. Yo nací para proteger a aquel niño.


Ray suspiró mientras escuchaba en silencio.


‘¿No lo sientes como un hermano pequeño?’ La pregunta casi surgió en la garganta de Ray, pero…


—……


La forma en que Elody miraba al Duque no era la forma en que  miraba a su hermano menor.


Los dos se amaban y estaban casados.


Eso podía saberse con sólo mirarse el uno al otro.


—No puedo evitarlo entonces.


Ante la respuesta abatida de Ray, Elody sonrió un poco.


Caville frotó su mejilla contra el hombro de Elody con lágrimas en los ojos.


Luego miró a Ray y le dijo con los ojos.


‘Ahora que ya lo sabes, sal de mi camino.’


—……


‘¿Cómo pude…?’


Ray tembló con los puños apretados. Un escalofrío recorrió su cuerpo.


‘De todas formas no me gusta…’ Pero qué podía  hacer.


El duque tenía razón. Compartían la misma sangre. Pero eso no era todo para ser una familia.


Ray se levantó de su asiento y dejó el salón, incapaz de resistir la mirada de Caville al salir.


—Esposa…


Y tan pronto como Ray salió, Caville estaba en los pequeños brazos de Elody. Como si se hubiera convertido en una pequeña y delicada criatura.


—……


Elody trató de decir algo y cerró la boca.


Ya era demasiado tarde, quería devolverle las palabras — ‘Te amo’— a Caville. Pero el momento no el mejor.


‘¿No sería raro si lo dijera justo después de que mi hermano se haya ido? Además, esta es la sala de recepción…’


Elody decidió tener el valor de confesarse cuando la situación fuera la correcta.


Caville envolvió su brazo alrededor de la cintura de Elody y frotó sus ojos húmedos contra su hombro.


—……


En lugar de confesar, Elody expresó lo que tenía en su corazón acariciando la cabeza de Caville.


—Oh, qué sorpresa.


Y mientras salía del salón, Ray miró a los sirvientes que se aferraban a la puerta.


—Señor, ellos dos… ¿Se van a divorciar?


Una criada agarró a Ray por el dobladillo de su vestido y le preguntó.


—… ¿Qué?


—Estaba a punto de llevar esto… pero entonces escuché sobre el divorcio y no me atreví a entrar.


Ray bajó la mirada.


La criada estaba inquieta con una bandeja con té y postres.


Las sirvientas a su alrededor estaban a punto de llorar.


—No pueden divorciarse…


—Pero realmente lo escuché.


— ¿No escuchaste mal?


Ray miró a las sirvientas que murmuraban y entonces se le ocurrió.


—Hmmm.


‘Es un zorro que actúa como un conejito en los brazos de mi hermana. No podía reconocerlo tan fácilmente como el compañero de mi hermana. Era un tipo repugnante hasta el punto de la locura.’


Así que le respondió.


—Parece muy probable.


Las impactantes palabras de Ray hicieron que las criadas se pusieran pálidas.


—Es una gran noticia, así que las criadas deben prepararse con antelación.


— ¿Qué, por qué?


— ¿Por qué demonios…?


Ray se encogió de hombros ante las preguntas de las criadas.


—Por qué no, por tu señor. Es un zorro.


Ray lanzó una bomba como esa y desapareció casualmente.


Lo sentía por las criadas, pero pensó que podía hacer un poco de alboroto por eso.


* * *


Mientras tanto, Larissa, que escapó del Castillo de Cernoir, huyó a salvo con la ayuda del templo.


Se dirigía al templo de la capital, donde se encontraba el Sumo sacerdote.


El sumo sacerdote esperaba ansiosamente a la Princesa Larissa.


Y el libro secreto con el que ella vendría.


—Lo espero con ansias.


Cuando un sacerdote dijo que había encontrado un libro antiguo, el sumo sacerdote tenía grandes expectativas.


Coleccionar libros de lenguas antiguas era un importante deber del templo.


Hay mucha información que los magos no deberían saber.


Incluso el libro que consiguió esa vez no era un libro ordinario.


Cuando le dijeron que el método estaba escrito allí, Sión endureció su corazón.


En cambio, Sión miró el collar, una herramienta llena de maná.


La vida estaba llena de sorpresas.


—Una oportunidad, una oportunidad.


Tenía que decidir con cuidado. Si matar a uno de ellos o llevar a uno a su lado.


‘Mejor atraerlo, que matarlo’.


Lo importante es mantener a los dos por separado.


Era necesario aislar a las dos personas, desde el principio cada uno tenía el poder de los espíritus.


La forma en que estaba escrito el libro era para ser estudiado Sabría más mirando el libro.


De todos modos, por esa razón, el Sumo sacerdote estaba esperando a la princesa Larissa. Tenía una nota escrita por la misma Larissa en su mano. Sión recordó la historia de la Princesa Larissa que ella misma le contó antes de irse.


—Me temo que… el castillo que mi madre apreciaba, el invernadero, la flor… se lo llevó todo… y yo no me llevé nada… en el pasado, en el pasado, en el pasado…


Si el pasado estaba equivocado, podría ser cambiado.


—……


Sión mostró una sonrisa siniestra y volvió a mirar el collar que tenía en la mano.


No quería desperdiciar su oportunidad cometiendo errores estúpidos como los salvajes de Urta.


* * *


Los ojos de las criadas habían sido inusuales durante días.


—….


Caville miró en secreto a los sirvientes que le miraban.


‘¿Soy sólo yo?’


Pero no parecía ser sólo su idea.


—Esposa, ¿qué pasa con los sirvientes?


— ¿También lo notaste?


—Creo que también he notado algo diferente últimamente… —Elody murmuró por lo bajo.


Caville se encogió de hombros y se fue de la oficina con Elody.


—Vamos.


Antes de bajar las escaleras, Caville extendió sus brazos.


—…….


Elody dudó mirando a su alrededor.


Varios días después de que Caville declarara que la acompañaría desde el castillo hasta el invernadero y de vuelta. Por lo que Elody había retrasado el trabajo con varias excusas.


‘Honestamente, no tiene que cargarme. No me lastimé la pierna…’


Pero cuando pensaba que estaba a punto de rendirse pero la insistencia de Caville era fuerte, así que no le quedó otra que rendirse.


—Prometiste abrazarme desde hoy.


—….


Elody se vio obligada a acercarse a la mano que le tendía Caville.


‘¿Le seré pesada? Soy pesada…’


Elody se sintió tímida al pensar que podía ser por los criados y caballeros en esa situación, pero todo era por la insistencia de Caville.


—Hueles bien.


Caville sostuvo a Elody ligeramente con su brazo derecho como si estuviera sosteniendo a un niño.


Y con su mano izquierda, sostuvo la pierna de Elody de manera estable.


—….


Elody se avergonzó y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Caville.


—Oh, yo también.


Ifrit, que los estaba siguiendo, saltó hasta el hombro de Elody. Caville que quería decir ‘Bájate’ se quedó callado.


Estaba de buen humor y lo dejó pasar.


‘Tienes que tener una mente abierta.’


Caville, sosteniendo a Elody, caminó elegantemente hacia el invernadero. Los sirvientes susurraron al verlos por la espalda a ambos.


—Lo está intentando.


—Sí, no hay nadie como el Duque…


—La señora cambiará de opinión…


La bomba que Ray lanzó causó a los sirvientes muchos problemas. Los sirvientes estaban ansiosos como si la pareja de señores se fuera a divorciar inmediatamente.


Otra reunión de emergencia tuvo lugar, y Norman insistió mucho.


—Nunca deben demostrar que sabemos la noticia.


Marie y Anna, cerca de Elody, también estaban conteniendo sus palabras.


Norman también pidió a Sir Solar, Sir Berenice y Sir Brien que mantuvieran sus bocas cerradas.


Pero los sirvientes y los caballeros solían mencionar la historia cuando estaban juntos.


— ¿De verdad se van a divorciar?


— ¿Lo harán?


— ¿Te gustaría apostar?


Finalmente, la apuesta se hizo. La mayoría de los sirvientes apostaron por el No.


Porque todos sabían que no había nada más que el uno para el otro en su cabeza.


Incluso el perro que crías no pensaría en otra cosa que no sea el dueño.


El señor amaba a su esposa.


Esa noticia era una locura.


Era un hombre que sólo se preocupaba por su esposa. Cuando la apuesta no se hizo igualitaria en bandos, los caballeros comenzaron a quejarse diciendo que no era divertido.


Y un caballero que se recuperó tardíamente y regresó a la escuadra se sorprendió al escuchar la historia.


Era Heinz.


— ¿Qué? ¿La señora y el señor se están divorciando?


Al escuchar la historia, Heinz salió furioso de los dormitorios de los  Caballeros.


La palabra que tanto sirvientes como caballeros han designado como tabú era ‘Divorcio’.


El torpe Heinz fue inmediatamente a ver a Caville.


Justo cuando Elody fue a lavarse, Caville estaba revisando el informe que Lewis había traído.


— ¡Señor, señor! ¡He oído que se está divorciando!


Heinz, que entró en la oficina, empezó a gritar sin sentido.





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