“¡Ahhh! ¿Qué te pasa?”
“¡Niñera, niñera!”
La condesa Ordina estaba peinando a Azela. Por primera vez en mucho tiempo, Azela se sentaba tranquilamente y se dejaba peinar en lugar de tener un comportamiento violento.
¡Pero los caballeros irrumpieron de repente y sujetaron los brazos de la niñera!
“¡Cómo se atreven a hacer algo escandaloso delante de mí, un miembro de la familia imperial!” Gritó Azalea con cara de indignación a los caballeros que estaban a punto de llevarse a rastras a su niñera.
Entonces, un hombre que parecía ser el líder del grupo se acercó a Azela y le mostró un documento con el sello del Emperador.
“Lo siento, pero es una orden de su majestad el Emperador.”
En las manos de Azela revoloteaban los documentos que indicaban que la niñera estaba implicada en el crimen, y que se le citaba para una investigación.
“¿Niñera? No puede ser.”
Azela intentó detener la ejecución con cara de pánico, pero no pudo evitar que el Emperador decidiera.
Azela, junto con las asustadas sirvientas, se mordía los dientes con fuerza.
‘Fascinación, necesito el poder de fascinación.’
Ella no sabe de qué se trataba, así que al menos tenía que fascinar a un animalito para ver qué investigación se estaba llevando a cabo.
Azela no estaba preocupada por la seguridad de su niñera.
Sin embargo, la niñera estaba demasiado involucrada en los secretos de Azela y de la Reina. Sería un desastre si alguno de ellos saliera a la luz.
Si la investigación mostraba indicios de que la niñera iba a decir cosas inútiles, iba a aprovechar la oportunidad para repartir veneno a través de animales.
‘No te enfades tanto, niñera. Pagaré este rencor por ti de alguna manera.’
Los ojos de Azela brillaron y ordenó a una de las damas de compañía que le trajera material de escritorio. Tenía que traer a Shuelina y absorber su poder espiritual lo antes posible.
***
[La última reunión fue demasiado rápido que no pudimos tener una conversación adecuada, ¿verdad? Me trajeron un bocadillo muy delicioso, así que ¿por qué no vienes para que podamos degustarlos y divertirnos juntas? Espero tu respuesta positiva.
-Tu hermana Azela]
Miré a Tellín mientras doblaba la carta de Azela y la volvía a meter en el sobre.
Fue Tellin quien trajo la carta hoy. Tellin no vino con otra criada, lo que me dio tiempo para indagar en las intenciones de Azela.
“Tellin, ¿por qué Azela me ha invitado de repente?”
“¡No puedes ir! El ambiente es muy malo.”
Tellin lo dijo con cara de preocupación. Entonces Franc, que estaba a mi lado, armó un escándalo y me disuadió a mí también.
“¡No sé qué es, pero debe ser una trampa, señorita Shushu!”
“Por supuesto que es una trampa.”
Pero era un poco extraño que hoy me pidiera que fuera enseguida. Le pedí a Tellin que me contara qué había pasado.
“Hace un momento, el Emperador convocó a la niñera y se la llevó. Luego, de repente, escribió una carta diciendo que tenía que llevarte.”
Bueno, hay un cien por cien de posibilidades de que sea una trampa. El Emperador también se esforzó y parece que había encontrado algo.
Ejem, me levanté de mi asiento mientras daba golpecitos en el sobre.
“Me voy. Franc, necesito cambiarme de ropa.”
Ahora mismo llevaba un cómodo vestido de interior. Cuando pedí ayuda para cambiarme a un vestido de exterior, Franc me miró con ojos preocupados.
“Pero señorita Shushu, ¿por qué quieres caer en una trampa que puedes evitar?”
“Porque ahora mismo debe de estar muy agitada.”
Para Azela, la niñera era una persona de gran importancia. La Reina era una persona tan fría que no desempeñaba el papel de madre para Azela. Sin embargo, la niñera de Azela derramaba su amor a su manera.
Por eso pudo seguir a su lado como confidente íntima de la exigente Azela. Ahora que le han quitado a esa niñera, debe de estar muy perturbada emocionalmente en estos momentos.
‘Para Azela, mi papel es… una batería de poder espiritual.’
En esta situación, ella probablemente me llamó para quitarme mi poder espiritual en lugar de molestarme. En este punto, iba a agitar aún más a Azela y quitarle su Brillant y obtenerlo como prueba. Ya que es fácil cometer errores cuando se está tan nervioso.
“Me llevo a Kayden conmigo.”
Con Lord Ebald, Azela podría haber recuperado la vigilancia. Así que tenía la intención de llevarme sólo a Kayden y a Franc. Al menos con Kayden, mi vida no correría peligro.
“Señorita Shushu…”
“¿Estará realmente bien?”
Fran y Tellin me miraron preocupadas.
“Tendré que decírselo a mi padre.”
Después de pensarlo mucho, decidí pedirle a Yeina que enviara la noticia cuando el Emperador, que estaba en plena reunión imperial, saliera después de terminar su trabajo. Cuando la llamé y le expliqué la situación, Yeina también expresó brevemente su desaprobación. Pero no podía impedir lo que yo, su señorita, quería, así que le prometí que le haría saber al Emperador mi ubicación exacta.
Tras terminar todo el trabajo, mi corazón volvió a ponerse nervioso mientras seguía las indicaciones de Tellin hacia el palacio Este.
‘Parece como si algo se moviera.’
Con razón me sentía tan nerviosa. Mientras caminaba así de nerviosa, Kayden, que estaba a mi lado, me acarició suavemente la espalda.
Suspiré mientras me paraba frente a la habitación de Azela, quien me saludó con una amplia sonrisa en el rostro en cuanto entré. El estado de la habitación también era limpio. Pero abrí un poco más los ojos cuando comprobé que los muebles tenían rayones y abolladuras.
Era como si los muebles hubieran sido dañados por objetos arrojados imprudentemente debido a la incapacidad de superar la ira.
‘Azela, creo que estás en un estado muy inestable.’
Pero Azela tenía una sonrisa serena en su rostro.
“Vaya, ¿has traído escolta siquiera? Hay tanto sólo por venir a jugar. ¿Por qué?” Azela inclinó la cabeza con asombro.
Respondí con una sonrisa: “Padre está muy preocupado por mí. Me dijo que llevara escolta dondequiera que fuera. ¿Cómo voy a atreverme a desobedecer las órdenes del Emperador?”
Los ojos de Azela cambiaron ligeramente cuando dije que no me atrevía a desobedecer una orden. Como si algo la estimulara.
“Pero odio que un hombre entre en mi habitación. La criada está bien, pero quiero que se vaya ese escolta. ¿No crees que sería mejor que se quedara fuera de la puerta?”
Desde luego, no estaba bien visto que un hombre entrara y saliera de la habitación de una princesa imperial. Fingí estar preocupada por un momento. Bueno, Kayden podía entrar en la habitación en un instante. Así que no habría grandes problemas aunque saliera.
Le guiñé un ojo a Kayden. Entonces Kayden salió lentamente de la habitación con cara de disgusto.
“La razón por la que te he llamado hoy es para echar un vistazo juntos a mis preciosas joyas y darte las que te gusten.”
“¿Me vas a regalar joyas?”
Incliné la cabeza y pregunté cuando Azela lo dijo mientras me guiaba hacia el sofá. Me sorprendió un poco la repentina llamada y el ofrecimiento de sus joyas. Como era de esperar, los aperitivos no eran más que una palabra para llamarme. Pero, ¿por qué una joya? Es imposible que Azela me haga algo bueno…
“Por supuesto. Vamos, tráeme mi joyero.”
Ante las palabras de Azela, Tellin trajo rápidamente un colorido y gran joyero de su escritorio. El joyero en sí, que parece una torre, parecía una obra de arte.
“Déjalo y sal.”
Azela hizo salir a Tellin, abrió el joyero con cuidado y me enseñó las joyas que contenía. Como aún era joven, se centraba sobre todo en collares, anillos y *circonitas.
*La circonita es una gema o piedra sintética derivada del óxido de circonio. También se puede llamar zirconita o circonia cúbica, debido a que al cristalizar forma cristales cúbicos, como el diamante.
“Éste es un mineral muy raro importado de otro territorio, y éste está hecho de diamantes rosas que se dice que salen una vez cada cien años.” presumió Azela, explicándome sus joyas.
Presté más atención a la horquilla de Azela, que estaba colocada en el centro, que a la fanfarronada de Azela.
Una horquilla con una joya transparente. Estaba familiarizado con esa joya transparente, que era completamente diferente de los diamantes.
‘Es Brillant.’
Como el protagonista del joyero, Brillant se exhibía en el centro más prominente, envuelto en seda roja. Azela debió darse cuenta de que lo estaba mirando, así que sonrió y empezó a explicarme sobre el Brillant.
“Es una hermosa joya para rezar por la salud de quien la posee. Si quieres probártela, puedes hacerlo.”
“Llevarla está bien, pero ¿cómo se llama esta joya?”
“Oh… ¿Esto?”
Azela dudó un segundo, al parecer no se le había ocurrido ponerle nombre a la joya, luego dijo ‘Brillant’ con voz suave.
“Entre estas gemas de las que estoy orgullosa, ésta es la más rara y asombrosa. Trae buena suerte, deseos de buena salud y garantiza belleza para siempre”
Azela me susurró entonces que se lo había dado la Reina.
“¿Pero me vas a regalar una joya?”
“Sí, te regalaré lo que quieras. Es una muestra de amistad.”
Azela dijo que me regalaría cualquier cosa como si pensara que, por supuesto, yo elegiría el Brillant. Dudé y murmuré en voz baja.
“Pero soy muy codiciosa. Quizá porque he vivido sin ello, pero siempre he querido tener algo que me pareciera raro y brillante.”
Cuando recalqué ‘algo raro’, Azela sonrió y dijo tranquilamente como si ya hubiera ganado.
“Oh, puedo darte todo lo que quiera. Es un símbolo de nuestra amistad. Cualquier cosa está bien.”
“¿De verdad? ¡Gracias!”
Azela incluso me dio una bolsita para llevar las joyas. Sonreí alegremente y señalé con el dedo lo que quería.
“Me gusta éste, éste y aquél…”
Lo señalé todo, incluido el collar de un raro mineral importado de otro territorio, el gran diamante rosa que, según decían, sólo salía una vez cada siglo, y una circonita de amatista finamente entretejida.
¡Excepto el Brillant!
El rostro de Azela palideció cuando empecé a señalar uno por uno y a robar en su joyero. Debía de haber reunido sólo todas sus favoritas para enseñármelas, pero todo fue robado excepto el Brillant. Cada vez que señalaba uno, Franc se emocionaba y los tomaba uno a uno. Al final, la cara de Azela se puso roja como si fuera a explotar ya que sólo quedaba el Brillant y una o dos cositas.
“¿No te gusta éste? Este es el mejor… ¿Por qué no lo pruebas al menos?”
“¿Ajá? Pero dijiste que desea suerte, salud y belleza a quien lo lleva, ¿no? No puedo quitarle la suerte, la salud y la belleza a la hermana.”
Me negué, diciendo que no podía llevarme más que esto y añadiendo que era algo para lo que la Reina había utilizado su dinero. Y cuando cogí el anillo de zafiro que había al lado, Azela golpeó el escritorio.
“¡Toma esto! ¡Toma esto!”
“Estoy bien, de verdad. Me gustan los otros.” Sonreí alegremente y lo rechacé.
Azela entonces apretó los dientes y apretó el puño sobre la mesa.
“E-esto, esto, esto, esto, esto… ¡debes de tener la vista barata por tu baja cuna!”
Azela gritó con fuerza y se tapó la boca con un grito.
“¿Hermana?”
Mientras ponía cara de sorpresa a propósito, le tendí a Franc la bolsita que contenía la preciosa joya para que se ocupara de ella, y me levanté de un salto de mi asiento. Azela se mordió los labios con cara de frustración mientras miraba mis ojos temblorosos como si no pudiera entender lo que acababa de oír.