¡Su majestad, la voz de su corazón se está escapando! Capítulo 3: A partir de hoy, la dirección es incierta
La bienvenida a Tistye a su regreso a Lacie fue una pequeña carta de cumplido y ridículo.
“¡Como hemos dicho, el papel de la Primera Emperatriz de Verscia nunca fue pensado para ti, para empezar!”
“Sin mencionar que se suponía que eras un regalo de consolación para su anterior emperador, ¿verdad? No me digas, ¿honestamente pensaste que Su Majestad se preocupaba por ti?”
“…ojos y color de pelo repugnantes como de costumbre. Después de esto, ve a algún lugar donde no podamos verte, ¿de acuerdo?”
Mientras el rey le pasaba la carta de reconocimiento a su padre, se oía a sus hermanas mayores susurrando.
Pero Tistye permaneció tranquila e hizo una reverencia antes de abandonar el lugar.
Por supuesto, la apartada torre había sido preparada para su regreso. Durante la ausencia de Tistye, parecía que el lugar había quedado desatendido, las alfombras y las cortinas estaban polvorientas. Cuando abrió la ventana, un viento húmedo, típico de los reinos del sur, entró.
…Aunque breve, fue un momento muy agradable.
Tistye miró suavemente su mano izquierda. Una piedra verde brillaba en su dedo anular.
En realidad, se preguntó si debería haber dejado el anillo atrás…
—sin embargo, ella sintió que al dejarlo, también perdería sus recuerdos con Gaizel. Por lo tanto, no podía permitírselo.
Ser amada por Su Majestad, yo… soy feliz.
Ella tocó suavemente la joya que reflejaba la luz. La cara de Gaizel, que de buen humor dijo, ‘No te lo quites, es una orden.’ ocupó la mente de Tistye, como si fuera ayer.
Pocos hombres preferían a las mujeres que ya habían estado casadas.
Sin mencionar, una que estuvo casada con el Emperador del todopoderoso Reino de Verscia. Eso, combinado con el hecho de que nadie en Lacie encontraba su apariencia atractiva, hizo Que Tistye estuviera segura de que pasaría el resto de su vida en esa sombría habitación.
Sin embargo, Tistye no se arrepentía de ninguna de sus decisiones.
Con eso, estaba claro como el día en que la princesa de Yenzie se convertiría en la Primera Emperatriz. Seguramente, ella entonces apoyaría a Gaizel.
Con solo pensarlo, Tistye sintió que sería capaz de superar toda la tristeza que vendría en el futuro.