Aunque era menos frecuente que el mes pasado, Ludwig seguía teniendo pesadillas periódicamente.
Sufrió los regaños de su ayudante e incluso se sometió a un examen médico debido a lo extraño de su condición, pero no había ningún problema en su cuerpo.
El médico le sugirió que lo más probable es que fuera causado por el estrés mental, por lo que debería tomar vacaciones durante todo un mes.
Se negó sin pensarlo dos veces.
Pensó que podría superar ese estrés con su fuerza mental.
Pero a estas alturas, empezaba a dudar de que el estrés fuera la causa de sus pesadillas.
Si se debiera simplemente al estrés, no tendría esa sensación ominosa* cada vez que se despertará.
*Ominosa: Que es abominable, que se aborrece en cierta situación.
Ludwig se levantó de la cama durante un largo rato.
‘¿De quién era la voz?’
A diferencia de las últimas veces que se despertó de la misma pesadilla, recordaba esa parte de su sueño.
Aunque era claramente una voz de mujer, no le resultaba familiar.
Solo una mujer, Keira, tenía derecho a llamarle “padre”, y la voz que había oído en el sueño no era la de Keira.
Era una voz claramente diferente.
Era la única pista de que la pesadilla que había estado sufriendo. No podía dejarla pasar.
Recordó la voz varias veces para no olvidarla.
“Quizá no sea sólo uno pesadilla.”
Se suele decir que los sueños son manifestaciones del subconsciente.
¿Tal vez su subconsciente estaba tratando de decirle algo?
Por ejemplo, un mensaje para que recuperara recuerdos enterrados en las grietas de su mente…
Ludwing miró por la ventana mientras se frotaba la parte superior de la frente con frustración.
Estaba nublado, sin luz de luna ni de estrellas a la vista. Fuera de la ventana, no habla nada más que negro.
Desde el banquete, Keira estaba derrotada.
No sólo no había logrado su objetivo de asistir a la fiesta, sino que además había descubierto la verdadera personalidad del hombre que una vez le gustó.
Y los sucesos ocurridos al día siguiente terminaron aún más con su confianza.
La vizcondesa Shore, que la asistía en la planificación de la celebración de la mayoría de edad de Zeke, trajo un acompañante sin previo aviso.
Era su nieto, que tenía más o menos la misma edad que Keira.
Aunque era una invitada no anunciada, a Keira no le importaban porque quería causar una buena impresión.
Si las cosas iban bien y Keira volvía a encontrarse sola en un baile a salón, alguien podría acercarse a ella y conversar como conocidos.
Y así, Keira la recibió alegremente.
Sin embargo, su ambicioso plan estaba destinado al fracaso.
“Nos hemos visto antes. ¿Te acuerdas?”
“Ah…”
Keira no recordaba nada de esa persona.
Su encuentro que fue incómodo desde la primera palabra hasta el momento en que se despidieron.
Al final, sólo habían hablado de la próxima celebración de la mayoría de edad y nada más.
Keira recordó el grupo de personas que se habían reunido y charlando alegremente en la fiesta de la marquesa Francés.
‘Quería unirme a ellos…’
Quería relacionarse con otras personas además de los de la casa.
Deseaba que hubiera gente como Arthur y Emily fuera de la casa con la que pudiera hablar…
Como en el pasado, Keira no formó ninguna amistad entre los nobles.
Desde que apareció Cosette, fue condenada al ostracismo*.
*Ostracismo: Destierro y condena de quién se sospecha es culpable de algún crimen, aislamiento forzoso en la sociedad.
Cosette entraba y salía de los banquetes y las fiestas del té con el pretexto de acostumbrarse a la aristocracia, pero como resultado, Keira se vio apartada de la alta sociedad.
‘No creo que pueda llevarme bien con los demás.’
Su confianza se hundió aún más.
Cosette se acercó a alguien que nunca conoció antes en 10 minutos, así que ¿por qué ella estaba así?
Reina intervino.
“¿Uh? ¿Señorita?”
Reina, que pasaba por el jardín para el entrenamiento de la mañana, encontró a Keira parada ahí hundida en sus pensamientos.
Mientras los demás solo podían ver a una dama frio e insensible, Reina sabía que no era así.
“Señorita… ¿te sientes mal otra vez?”
Ahora que hablaban más a menudo, Reina empezaba a ver a través de Keira confirme actuaba de cierta forma.
Preguntándose qué le pasaba ahora, se acercó a ella.
“Señorita, ¿va a salir?”
Tan pronto como dijo eso, se dio cuenta de su error, Keira llevaba claramente ropa ligera de interior.
“Oh, no parece que vaya a salir.”
“Sólo estaba dando un paseo.” Keira parecía rígida.
“¿Le molesta algo?”
“No, es sólo que…”
Keira sintió que era demasiado patético admitir que quería acercarse a otros jóvenes y adaptarse al mundo social, pero no sabía cómo mantener conversaciones adecuadas.
Echó un vistazo a Reina y recordó que también era una aristócrata cercana a su edad.
Reina era algunos años mayor.
Seguramente, tendría amigos nobles.
“Sir Reina, ¿se reúne con sus amigos los fines de semana?”
“¿Disculpe? Oh, no a menudo, pero nos reunimos a veces.”
“Entonces, ¿Qué es lo que platican cuando se reúnen?”
“Mmm, el tema varía dependiendo de la ocasión, pero…”
“Ayer tuve una visita, y fue incómodo todo el tiempo. No suelo tener invitados, así que me gustaría tratarlos bien cuando me visiten.”
Estaba orgullosa de la excusa que se le había ocurrido con prisas. Al menos, era mucho mejor que pedir ayuda porque no tenía ningún amigo y no tenía ni idea de qué hablar con sus compañeros.
Sin saberlo, Reina ya había captado la verdadera situación.
‘Mi señora… realmente no tiene ningún amigo, ¿verdad?’
Reina lo intuyó cuando Keira dijo que quería acercarse a los caballeros y empezó a asistir a fiestas de copas.
Sabía que no debía pensar en esto a la persona a la que sirve… pero no pudo evitarlo.
Le daba pena ver a Keira así.
Como caballero al servicio de la familia Parvis, se sentía obligada a ayudarla.
Era una ventaja que si se saltaba el entrenamiento de la mañana con la excusa de ayudar a la señora, Joseph no la reprendiera.
De todos modos, la idea de ayudar a la pobre señorita era sincera.
“Bueno, primero les pregunto cómo están. Normalmente les pregunto qué han hecho y qué ha pasado de nuevo en su día a día. Pero en el caso de la señorita, probablemente no los haya conocido antes, así que debería sacar otro tema. Por ejemplo…”
“¿Por ejemplo?”
“Bueno, si todavía te estás familiarizado con una persona noble, sería mejor empezar con un tema de cultura. Contar anécdotas entre ustedes una vez se han vuelto cercanos.”
“¿Hablar sobre literatura serviría?”
“Sí, eso es. Normalmente, siempre hay libros populares de los que hablar.”
Keira había leído los clásicos que necesitaba para la clase antes de acostarse, pero nunca los había leído por ocio.
Estaba orgullosa de haber leído bastantes libros, pero no creía que esos libros fueran de interés para los demás.
“Entremos y hablemos. Le diré otros temas de los que puede hablar.”
Dijo Reina, agarrando con entusiasmo su muñeca.
“¿No decías que ibas de camino al entrenamiento matutino? No me gustaría molestarte. Encontraré a otra persona.”
“¡No! El vice capitán entenderá si dijera que falté al entrenamiento para ayudar a la señorita con algunos problemas. No, probablemente incluso me alabaría por hacer un buen trabajo.”
“¿Es… es así?”
“S~si… Eso es lo mucho que le gusta al vice capitán la señorita.”
“¿De verdad?”
Era vergonzoso escuchar a alguien decir que le gustaba. Sintiéndose repentinamente tímida, Keira agachó la cabeza.
Por eso, no vio la comisura de los labios de Reina inclinarse hacia arriba.
“¿Vamos?”
“¡Vamos!” dijo Keira con entusiasmo.
Reina, que paseaba por delante, se detuvo de repente y miró hacia atrás.
“Oh, se me olvidó mencionarlo. Es importante dar la impresión de que estás dispuesto a estar cerca de la otra persona.”
“……..”
“Especialmente si tienes un comportamiento particularmente frío… usted me entiende.”