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 Caville pasó la noche reflexionando.


En qué momento y cómo salió mal……


‘Y entre tú y yo, me di cuenta de que había muchos obstáculos.’


En primer lugar, Caville planeaba vivir una vida feliz y pacífica con su esposa después de regresar a su territorio.


Pero todo fue un desastre por las manos no deseadas metidas en asuntos que no les pertenecían.


Por ahora, tenía que quitarlas de su vista.


De modo que Caville fue al conde DeFore de inmediato y le pidió que se fuera.


Todos los documentos que pidió el emperador fueron firmados antes. Era dudoso por qué estaba sentado en el castillo de otra persona cuando no tenía nada que hacer.


—Ja, pero Duque… fuimos enviados por el mismo Emperador…


—Entonces, ¿No están listos los documentos que te pidió el emperador? No sé por qué sigues lloriqueando un techo en el ducado de otras personas.


—Wah, ¿cómo pudiste decirle eso a tal figura del Emperador…?


El conde DeFore murmuró enrojecido de ira.


A Caville no le importaba eso.


Cuando participó directamente en la guerra en primer lugar, la promesa que hizo con el emperador había finalizado.


No quedaba nada más entre los dos, es decir, entre Caville y el Emperador.


Además, el asunto del emperador ya ha sido tratada en su totalidad, era exagerado que se quedasen un poco más.


Caville llevó al Conde DeFore al dormitorio de la princesa.


Y le ordenó a los dos con firmeza que se fueran.


—Invitados, Princesa Larissa… El conde DeFore y los demás, les pido por favor que regresen hoy al Palacio Imperial.  


Ante el comentario repentino, la princesa Larissa casi se derrumba por el Shock.


La princesa Larissa no pudo dormir ni cerrar siquiera un ojo anoche después de escuchar el rechazo del duque de Cernoir.


Un comentario enfático de que él no tenía intención de divorciarse de su esposa, la había destrozado.


Cuando escuchó eso, debía de rendirse, pero se preguntó por qué su corazón se hacía cada vez más grande, más deseoso de su amor.


Así que la princesa Larissa juntó las esperanzas restantes para hoy.


Se le ocurrió que si descubrían cosas malas de la duquesa, Caville podría cambiar de opinión.


Así que dejó sus fuerzas con un poco de esperanza… Y salió ahora mismo.


 Se parecía a un rayo caído del cielo por la velocidad en la que iba.


—Pero Duque…


—No tienen una razón para quedarse más, ¿verdad? Nos ocuparemos de todos los suministros mientras que regresen a la capital, así que prepárese para partir de inmediato.


—…..


Ante las severas palabras de Caville, el conde de DeFore y la princesa Larissa no tuvieron nada que decir.


***


Caville ordenó a los sacerdotes del templo que hicieran lo mismo.


En primer lugar, se alojarían en el templo del duque.


Aunque dijo que se quedaría en el castillo hasta que se completara la renovación del templo, Caville no estaba dispuesto a esperar y ver.


Caville le habló con frialdad al desconcertado nuevo:


—Y el jefe de la Santa Cruz tocó el cuerpo de la duquesa descuidadamente, ¿son esas las enseñanzas de Sir Theodore?


— ¿Qué es eso… Sir Theodore?


—Vuelve a tu templo e investiga tú mismo.


Caville terminaría toda la limpieza por la mañana.


Con la repentina partida de los invitados, el castillo estaba ocupado.


***


— ¿Qué diablos está pasando, princesa? ¿Por qué nos vamos tan de repente?


Apartando la mirada de la ventana del carruaje, miró el castillo de Cernoir y le preguntó a Carolina como si estuviera estupefacta por la situación.


La princesa Larissa se secó las lágrimas y capturó en su vista el hermoso castillo delante de sus ojos.


Fue injusto.


La duquesa tenía todo lo que había perdido.


Hermosos castillos, invernaderos, flores de aceria, criados amistosos y caballeros confiables, y el duque de Cernoir.


La princesa Larissa ahora ha admitido sus sinceros sentimientos hacia Dios.


Sentía atracción.


El castillo de Dayev, lleno de sus recuerdos, fue destruido, invadido y devastado.


Sin embargo, este lugar mantuvo la imagen del feliz castillo de Dayev en el espíritu de la princesa Larissa.


La duquesa ni siquiera se llevó algo suyo, pero la princesa Larissa se sintió como si se lo hubiera llevado todo.


—Princesa…. no llore, puede volver la próxima vez. ¿Sí?


—… Si.


La princesa Larissa tomó una resolución, capturando la calidez del castillo en sus ojos y corazón.


Se aseguró de volver a este hermoso lugar.


El conde DeFore, que fue cargado en el siguiente carruaje, vio el mismo escenario y rechinó los dientes.


‘No puedo creer que haya ignorado la orden del Emperador…’


No importaba qué tan gran héroe era, no podría hacer eso.


El  conde DeFore era uno de los aristócratas más poderosos de la capital, y el emperador confiaba en él.


Quizás porque no pudo presenciar el poder del propio duque de Cernoir en el campo de batalla, sintió pena por el duque de Cernoir.


‘Informaré de todo al emperador.’


Tendrá su merecido.


El conde DeFore apretó sus dientes hasta tintarse de un color carmesí.


El emperador quería tener una relación basada en la amistad con el duque de Cernoir. Pero echarlo a patadas así… Equivalía a rechazar la amistad del emperador.


‘El duque de Cernoir tendrá que pagarlo.’


El conde, como la princesa Larissa, tenían un castillo delante de ellos que se alejaba.


Y en su cabeza dibujó una escena en llamas del Castillo de Cernoir.


Y se decidió a que en la próxima vez que volviese, decenas de miles de soldados imperiales vendrán a este lugar a quemarlo…


***


Como no pudo dormir en toda la noche, no fue hasta la tarde que Elody se despertó.


Y a través de Marie, escuchó que el grupo invitado del palacio y la gente del templo se habían ido.


—Eh… ¿Qué?


Elody, bebiendo el agua que le dio Marie, se sorprendió tanto que tosió.


— ¿Está bien, señora? ¿Debería llamar a un sanador?


Marie frotó la espalda de Elody, haciendo un alboroto inusual.


Elody dio una señal de que estaba bien y volvió a beber el agua.


Después de respirar profundamente, respondió lo que había escuchado.


— ¿Todos se fueron? ¿De repente?


—Sí. Mi señor de repente echó a todos en la mañana.


—… ¿Por qué?


— ¡No lo sé, por cierto! Y sobre el duque. Creo que ha estado sentado en este pasillo toda la noche…


— ¿Qué?


—Cuando llegué a su habitación por la mañana, estaba sentado en el pasillo. Sus ojos estaban muy rojos. Debe haberse quedado a tu lado sin descansar.


Elody levantó su cuerpo con un profundo suspiro.


Parecía un niño preocupado por si le escapaba su gato, actualmente no tenía mucha relevancia.


—Por cierto, los enviados del emperador y toda la gente del templo fueron expulsados….


Elody estaba preocupada por las repercusiones. Aunque parecía ser un gran problema.


Los del templo se iban a ir de todos modos, y no había razón para que la visita imperial se quedase más tiempo.


‘Pero…’


¿Era por su culpa?


Su mente se llenó de pensamientos positivos al considerar mejor la situación.


Lo que también le dijeron fue que la princesa Larissa también se fue.


Caville debió estar molesto ayer cuando se enteró de que ella sabía que la princesa y él estaban juntos.


Fue su error el exponerlos.


Por supuesto que pensaba que los dos eran amantes…


Y el templo…….


¿Es por el jefe de división?


Cuando Caville la atrapó en una situación confusa ayer, Elody sintió que su corazón se caía al suelo en trozos hacia el vacío.


¿Era por la expresión de Caville? Realmente sintió que le atraparon engañando a su esposo con alguien.


Afortunadamente, no parecía que sospechara realmente……..


Debió haber parecido muy molesto al ver que incluso tuvo una marca en la sien.


—Necesitaré tener una conversación adecuada.


Era necesario volver a hablar a plena luz del día con la mente despejada.


Con la ayuda de Marie, Elody se lavó y comenzó a cambiarse.


***


Y esa vez.


Después de expulsar refrescantemente a la visita imperial y a los nuevos del templo, Caville estaba pensando un plan con un corazón alegre.


Fue Ifrit, quien nuevamente hoy, escuchaba las serias preocupaciones de Caville.


—Estoy enamorado de mi esposa. —Caville habló con una voz profunda, como si acabara de darse cuenta.


Ifrit, de rostro alargado, yacía en su escritorio con una suave panza hacia el sol.


Sí, lo sé. En el pasado, cuando pensabas en tu esposa, era algo reconfortante y cariñoso… Y ahora no.


—Sí… como dije antes, es un sentimiento cálido, hace calor. Mi pecho se siente pesado y caliente, como una fiebre. Como si todo mi cuerpo estuviera ardiendo.


Finalmente te diste cuenta de que era amor.


—Pero no creo que para ella sea lo mismo.


Caville dijo eso con voz sombría.


Ifrit se rió.


Eso es el amor no correspondido.


—Ojalá mi esposa me quisiera, con ese corazón…


… ¿Te gustaría algo de ayuda?


Cuando Ifrit dijo eso, lo miró con una mirada de perrito.


— ¿Tú?


Con una mirada llena de indiferencia, Ifrit se retorció desagradablemente y levantó su cuerpo para estirarse.


Caville dijo con un bufido:


— ¿Qué voy a hacer con este corazón de nuevo?


Es… No es mi culpa, es tu culpa.


—Amigo ingenuo, no creo que puedas ni siquiera responder.


****


A partir de ese momento, Ifrit hizo que Caville leyera muchos libros.


Ifrit sabía que Caville era demasiado inocente para su edad.


Entonces pensó que necesitaba un libro educativo útil como base.


Caville no sabía lo que un hombre de esa edad debería saber para ser naturalmente uno.


Esto se debía a que no se mezcló ni interactuó con los caballeros en absoluto, excepto cuando estaba luchando y entrenando en el campo de batalla.


En el corazón de su gran confidente, Ifrit se comprometió a educar bien a Caville.


¡De todos modos, no es así! Tu esposa, para hacer que ella te ame, es importante que no actúes como un niño por el mundo.


—… Yo… Ya lo sabía.


Fue acordado por el mismo Caville.


No te quejes, ¿eh?


—No olvides tu posición, ¿eh?


La frente de Caville comenzó a arrugarse.


Es importante no forzar mucho tu corazón tampoco, cosas como “la amo tanto, ¿pero por qué no me ama?” No deberías tener este tipo de mente. ¿Entiendes?


—……


El tiempo está de tu lado de todos modos. Sé inteligente.


—Está bien. Entonces, ¿qué quieres que haga? —Preguntó Caville, sintiéndose frustrado.


Ifrit vaciló.


… ¡Dale una indirecta y haz que se enamore de ti!


— ¿Cómo haces eso?


Eso… Entonces… Sí, ¡mírate en el espejo! La prioridad número uno de los hombres es cuidar su apariencia.


¡Eso es lo que Caville escuchó de Ifrit!


Y sacó el espejo de su bolsillo.


Ifrit se disculpó interiormente, mirando a Caville tocándose las cejas.


‘Realmente no lo sé, lo siento.’


Y entonces….


TocToc—


Escuchó un golpe que provenía de la puerta de la oficina.


—Caville, ¿estás adentro?


Era Elody.





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