—Y-y-yo. ¿por qué?
Mayola estaba tan sorprendida que habló tartamudeando.
Olivia respondió encogiéndose de hombros:
—Te dije todo lo que sabía, esperaba que tú también supieras algo. Creo que estamos en el mismo barco.
—Seguro que te meterás en problemas con el líder…
Pero Olivia guio a Mayola tomándola del brazo, y Mayola la siguió, aturdida…
Sí, fue demasiado para ella. Cuando recobró el sentido, la Duquesa estaba sentada frente a ella. En la mesa blanca, había un montón de bonitas tazas de té y bocadillos que nunca había visto antes.
La hicieron bajar la guardia.
—Adelante puedes comer.
Olivia le dio pequeños golpes a Mayola en las costillas mientras comía bocadillos.
Mayola miró a la Duquesa y se metió de inmediato las galletas en la boca. Era un sabor muy dulce que nunca antes había probado. No podía creer que hubiera un bocadillo así en el mundo.
La Duquesa sonrió levemente y dijo:
— ¿Tu nombre es Mayola?
Le preguntó.
—Sí.
—En realidad, te llamé para saber sobre tu tiempo en el condado de Bologne.
—Uh.
—No tienes que decir nada más que sólo cómo has estado y cómo fueron tus días ahí.
Mayola estaba preocupada.
— ¿Te lo puedo decir? La líder me regañará.
— ¿Pero no te importa decirme cómo han sido tus días ahí?
Mayola lo pensó un rato y reveló algunas cosas.
—Estabamos viviendo en una habitación vieja mientras que vestíamos ropas iguales o peor de viejas.
Ella empezó a soltar todo.
—Atrapábamos bandidos en el puerto con armas oxidadas y no éramos tratada por las heridas de las misiones en el proceso.
Ugh…
—Comíamos comida podrida, sobras de comida de los sirvientes, críticas de ellos y recibíamos miradas asqueadas de los sirvientes.
El trato de la familia Bologne hacia ellas era de lo más inhumano.
‘El líder no dijo nada sobre esto. Y no debería de preocuparme tanto.’
Pero a lo largo de la historia, la expresión de Elody era pesada.
La Duquesa escuchó a Mayola y no dijo nada. Sin embargo, sólo le recomendó amablemente comer más bocadillos.
Mayola se comió las galletas emocionada con Olivia.
* * *
La mayoría de los mercenarios se quedaron dentro del castillo, por lo que era difícil saber cómo vivían los caballeros de Cernoir.
Pero los sirvientes en el castillo, eran amables con todos. Los sirvientes fueron muy diligentes. Se despertaban temprano en la mañana y comenzaban el día como lo hacían comúnmente, pero había algo inusual… Tomaban una medicina extraña tan pronto como se despertaban todos los días.
Uno de los miembros de Berenice, que se acercó a los sirvientes, preguntó por ello:
— ¿Qué es lo que beben todo el tiempo?
— ¿Esto…? ¿No lo sabes? ¿La pastilla roja que hizo mi señora?
—Lo he escuchado. Levemente.
—Es una pastilla para la salud.
—Es una medicina…
Era algo difícil de creer después de tanto tiempo sirviendo a alguien que no era así con ellos, cuando estaban con el conde de Bologne, los trataban peor que a sus criados.
Entonces esta vida de ahora era como un sueño.
En lugar de ropa vieja, había ropa limpia, cuartos limpios sin moho, camas blandas y comidas balanceadas sin escasez.
Para ser honesta, quería vivir aquí el resto de su vida aquí.
— ¿Pero no es muy caro? Escuché que es difícil de conseguir.
—Es caro, nuestra señora nos lo da gratis.
La criada se encogió de hombros y dijo eso con orgullo. Luego comenzaron a traer pastillas rojas para los mercenarios al día siguiente. Cuanto más las miraban, más extraños eran los sirvientes de este castillo.
* * *
Un día, los sirvientes se estaban reuniendo y haciendo ruidos muy fuertes, así que fueron a revisar.
— ¡Dámelo, iré yo!
—No, no, no, no.
— ¡Oye!
Luchaban por hacer los recados de su señor. ¿Estaban tratando de impresionar a su amo? Parecía que sí, pero a la vez algo no encajaba.
— ¡No, tú fuiste ayer! ¡Ahora me toca!
—La última vez se tomaron del brazo con ella, ¡no!
—….
¿Están hablando de la Duquesa, no del Duque? Para ser honesta, pensó que sería más probable que actuaran así si fuera por el Duque.
Él daba miedo, pero era muy guapo.
Era alto y apuesto, y era un hombre poderoso, por lo que las criadas podrían pelear por ver su rostro. ¿Pero no era el Duque sino que las doncellas luchan por ver a la Duquesa?
Muy extraño. ¿Estaban locas? Todos los días pasaba lo mismo, y ella sólo se limitaba a verlos de lejos.
* * *
Después de la comida, alguien se veía nerviosa y preguntó:
—Pero jefe, ¿podemos quedarnos aquí tanto como queramos?
—Estoy empezando a sentirme incómoda… ¿Y si nos venden como esclavas? ¿O si nos arrastran hacia algún lugar raro?
—…….
Berenice guardó silencio ante las palabras de su compañera. Honestamente, era muy, muy extraño. ¿La Duquesa realmente quería que ellas se convirtieran en caballeros de Cernoir? ¿Por qué?
Berenice estaba agonizando internamente y le preguntó a las demás miembros.
— ¿Alguna vez te has encontrado con el Duque de Cernoir?
Un miembro levantó la mano.
—Lo he visto por los pasillos. Estaba tan asustada que ni siquiera pude llamar su atención y saludarlo, pero…
—……
El conde de Bologne siempre se lo veía acosando a una sirvienta entre sus brazos.
Era un pervertido.
— ¿No había ninguna mujer a su lado?
—No, no lo había. Sólo un hombre que parecía ser su asistente.
— ¿Y no ocurrió nada?
—…
Ella guardó unos segundos de silencio.
—Parecía que él estaba a punto de llorar cuando el Duque le dijo algo.
Eso era raro.
Ahora que lo pensaba, cuando lo vio por primera vez, el Duque miró a la Duquesa con una mirada particularmente afectuosa.
—…..
Ella pensó que tendría que averiguar más.
* * *
Durante su estancia en el castillo, Berenice buscaba información sobre el Duque y la Duquesa a través de sus sirvientes.
Decidió investigarlos.
Sin embargo, las reacciones de los sirvientes fueron extrañas.
No, es decir… ¿Elogiarías a alguien si simplemente te pidieron que lo hicieras?
—Mi señora es tan amable….
—A pesar de que es una aristócrata es una buena persona y muy dulce
Sin embargo, como resultado de observar y escuchar, la vida de los sirvientes de los Cernoir estaba más allá de su imaginación. El nivel de vida y la forma de pensar eran diferentes a los sirvientes que veía en Bologne.
Era seguro decir que era casi lo contrario.
Con alimentos preciosos todos los días, un salario alto y vacaciones… El trabajo no era mucho porque trabajaban por turnos. Sobre todo, todos no tenían preocupaciones ni debían de preocuparse acerca de sus expresiones faciales.
Berenice recordó de repente lo que dijo la duquesa cuando la conoció.
“—Nuestra Cernoir es la tierra de las oportunidades. ¿Por qué no empiezan de nuevo en este hermoso lugar?”
No sabía nada más, pero ella amaba a sus sirvientes. Parecía ser una tierra de oportunidades para hablar libremente.
Todos parecían felices.
Fue un día en el que poco a poco se fue saliendo de los prejuicios. Y mientras hablaba con los miembros, Berenice se levantó y se dirigió a la habitación de Greta. Pero la habitación de Greta estaba vacía. Encontró a un miembro que estaba protegiendo a alguien y le preguntó.
— ¿Dónde está Greta? ¿Dónde está ella? No está en la habitación.
—Uh… Greta fue llevada por la Duquesa para su tratamiento.
— ¿La Duquesa la llevó ella misma?
—Sí.
Maldición.
—….
Berenice se tragó una palabrota en su interior. Quizás porque la vida en el castillo era demasiado cómoda, sus compañeros estaban notablemente con la guardia baja.
En particular, era demasiado fácil confiar en la Duquesa y otros sirvientes del castillo.
A diferencia de los miembros que abrieron sus corazones de par en par, Berenice todavía sospechaba de la Duquesa.
Si contrataba a alguien como mercenario, era raro que quisiera nombrarlas caballeros.
¿Por qué hacía todo eso?
Berenice chasqueó brevemente su lengua para encontrar a Greta. Afortunadamente, Greta fue encontrada en el pasillo interior del castillo.
—….
Greta estaba con la Duquesa.
—Tu tobillo aún no se ha recuperado por completo…
La herida estaba casi curada, pero Greta intentaba caminar sola para ver si sus músculos estaban mal por si se hallaba traumatizada.
—No puedes….
Al ver que Greta no podía caminar sola por el miedo, Berenice tuvo que tragarse las lágrimas. El doctor y la Duquesa consolaron a Berenice, diciéndole que se mejoraría pronto.
Pero Greta estaba caminando. Berenice sonrió y miró a Greta caminando de la mano de la Duquesa. Todavía era una caminata lenta, pero la expresión de Greta era intrépida.
También había doncellas de rostro alegre a su lado.
—Señora, la niña es tan linda. ¿No?
—Sí, Greta es una persona muy agradable.
Respondió Elody, acariciando la mejilla de Greta. Marie le dio un suave golpecito a Elody cerca de las costillas.
—Cuando nazca el bebé de la señora, será muy agradable y encantadora.
—Yo…
Marie le murmuró con una mirada exultante:
—Sólo estoy esperando ese día.
— ¡Yo también!
Las sirvientas junto a ella gritaron juntas. Elody parecía avergonzada.
—Anna ya está haciendo ropa para su hijo.
Ante las palabras de Marie, Elody negó con la cabeza.
—Están todos locos. —Murmuró suavemente Berenice, mientras observaba.
Greta es una niña tímida, ¿cuándo se acercó tanto a la Duquesa y las doncellas?
‘Extraño.’
Berenice miró de cerca los ojos de las doncellas que miraban a la Duquesa.
Se preguntó por qué miraban a la Duquesa con ojos tan afectuosos.
¿Qué diablos era ella?
* * *
Fue esa noche.
Berenice se despertó tarde por la noche. Extendió la mano viendo su puño e intentó beber agua, pero la tetera estaba vacía.
—Debe haberse despertado.
Murmuró, estaba pensando en ir a ver a Greta mientras que se dirigía a buscar agua.
Así que se levantó y se dirigió a la siguiente habitación donde se quedaba
Greta.
¿Pero no estaba la puerta un poco abierta?
Bajó la guardia.
Su vida era tan acogedora y pacífica que bajó la guardia. Berenice se mordió los labios y miró por la puerta abierta. Efectivamente, el Duque estaba de pie.
‘Hijos de puta…’
Era igual a Bologne. Fue un momento en el que estaba a punto de abrir la puerta y entrar.