La razón por la que el Duque Paul Voreoti decidió adoptar a un niño fue increíblemente simple.
‘¡Mi hijo habló ayer!’
Fueron las palabras del único amigo íntimo del duque.
El Conde Canis Linet, que tuvo su segundo hijo hace dos años, siempre se jactaba de lo encantadores que eran sus hijos.
A Paul le parecía extraño que su amigo estuviera tan dedicado a sus hijos.
Era asombroso que su garganta no se hubiera cerrado con toda la charla que hizo.
Pero esto sólo era posible porque Canis era Canis.
El Conde Canis Linet era una de las pocas personas que podía hablar con el Duque Voreoti tan libremente.
Si Paul era una montaña empinada y nevada, Canis era un campo cálido.
Aunque tenían personalidades completamente opuestas, los dos se llevaban bien.
‘Pero, ¿cuándo te vas a casar?’
‘Cuando mueras.’
‘¡Pero quiero convertirme en suegros contigo!’
Canis le habló activamente a Paul sobre los beneficios del matrimonio y los niños.
Un trasero regordete envuelto con un pañal, los pliegues gordos del brazo, la brillante bienvenida de su hija cuando llegaba a casa exhausto. Lo predicaba como si fuera su religión.
Normalmente no habría prestado mucha atención, pero por alguna razón, Paul no podía ignorar la voz de Canis ese día.
Estaba prácticamente grabada en su cerebro por haberla escuchado tanto.
‘Ser padre es verdaderamente sublime.’
Pero Canis no parecía sublime en absoluto mientras decía esto.
En realidad se veía bastante asqueroso con su sonrisa estirada.
Era igual cuando hablaba de su prometida antes del matrimonio, y ahora hacía la misma expresión cuando hablaba de sus hijos.
‘¡Son realmente lindos! ¡¿Por qué no me crees?!’
Paul subió a su carruaje después de decirle que se mirara en el espejo y dejara de hablar.
Parecía haber más familias en las calles de lo habitual.
Todos parecían muy felices.
¿Era tan bonito?
Paul cerró los ojos después de mirar con la cabeza apoyada en la ventana durante un rato.
* * *
“…… ¿Por eso me adoptaste?”
Leonia se quedó sin palabras.
El carruaje de Paul todavía estaba frente al orfanato por la repentina adopción.
Loupe estaba en el orfanato completando los documentos de adopción, y los caballeros custodiaban el carruaje.
Y mientras esto sucedía, Paul le dijo a su hija adoptiva la razón por la que había decidido adoptar un niño.
Adoptó un niño por las palabras de su amigo.
Leonia había visto adultos que venían a adoptar un niño en los dos años que llevaba aquí. Todos tenían diferentes razones para la adopción.
Porque no podían tener un niño, o les gustaban mucho los niños, o les gustaba un niño cuando venían a hacer obras de caridad, o el niño se parecía a su hijo fallecido.
Una cosa era segura, todos tenían algún tipo de amor e interés por el niño. Pero Paul no.
“Viejo, ¿eres estúpido?”
Era la primera vez que oía hablar de una razón tan tonta para la adopción. Leonia sonrió abiertamente.
“Mi única hija parece hablar muy bien.”
Paul chasqueó su lengua. Pero no odiaba su personalidad arrogante.
Era mucho mejor que los otros niños, que lloraban o se quedaban callados.
“¿Sin embargo, no lo querías también? Por eso me detuviste.”
“…..Sí.”
Leonia estuvo de acuerdo.
Ella quería seguir a esta persona fuera de este terrible orfanato.
Pero lo que había hecho estaba cerca de ser una locura. Afortunadamente, había funcionado.
Finalmente pudo dejar el orfanato, y debería sentirse feliz si pensara en lo que había pasado aquí, pero Leonia se sentía incómoda.
“Oye.”
Leonia habló con sus ojos en el orfanato.
Loupe estaba saliendo.
El director del orfanato estaba detrás de él, haciendo una reverencia. Leonia miró fijamente.
“……tengo una petición.”
El director del orfanato parecía intranquilo. Era lo mismo con todos los profesores.
“El director y los profesores están malversando los fondos del orfanato.”
“Me he dado cuenta.”
“Ellos abusaron de nosotros. También contactan con proxenetas en estos días.”
Paul había estado mirando la ropa vieja de la niña, pero se detuvo en sus palabras.
“¿Sabes lo que significa un proxeneta……?”
“¡Lo sé! Compran a la gente y se la tiran a sus clientes.”
Leonia apretó los dientes.
“……Dijeron que iban a vender una de las chicas de aquí al próximo proxeneta.”
“…….”
“Entonces, ¿puedes castigarlos?”
“¿A todos ellos?”
Leonia se corrigió a sí misma a la pregunta de Paul.
“La maestra Konie, sin embargo, no. Esa profesora nos cuidó muy bien.”
“La mujer con pelo marrón y una herida en su dedo, ¿verdad?”
“¡Si!”
¿Cómo lo supo? Leonia estaba asombrada.
Paul no odiaba los ojos redondos de Leonia mirándolo, como si fuera asombroso.
El área de su pecho hormigueaba, como si hubiera algo en su ropa.
“Sólo esa persona parecía estar preocupada por ustedes.”
Konie era el único adulto del orfanato que estaba en guardia y cauteloso con el Duque.
También le enviaba miradas furtivas cuando los niños venían corriendo a ella entre lágrimas.
Ella era diferente de los directores u otros profesores, que sólo querían hacerle creer que todo estaba bien.
“Siempre nos golpeaba después de beber.”
“¿El director?”
“Sí.”
Paul miró el brazo de Leonia.
“¿El moretón en tu brazo también?”
“Ese es de un profesor diferente.”
Leonia escondió su moretón bajándose las mangas.
“Las heridas del director están en mi espalda.”
Su voz era tranquila, como si no estuviera hablando de alguien que abusó de ella.
Así, Leonia le contó a Paul todas las cosas terribles que pasaron en el orfanato.
Los ojos negro-rojos de Paul se volvieron filosos mientras escuchaba en silencio.
“Así que repréndelos.”
“¿Cómo?”
¿Debería matarlos? Paul preguntó. Pero Leonia sacudió la cabeza.
“Tortúralos hasta que te supliquen que los mates.”
Los ojos negros de la niña brillaban. Paul la miró a los ojos, que parecían tener salpicaduras de polvo de oro.
“….. ¿Tiene realmente cinco años?”
Lo primero que pensó fue en la hija primogénita de Canis, Lupicla.
La linda niña, que parecía un zorro rojo, no lloró al mirar a Paul, y recordó que ella cumplía seis años este año.
Sin embargo, Leonia era más pequeña que Lupicla. Incluso si él tomaba en consideración el estado del orfanato, ella era demasiado delgada.
Al contrario, sus palabras eran mucho más maduras que las de su edad.
La malversación y la tortura no eran palabras que los niños de su edad usaran.
“Duque.”
Loupe regresó con los documentos de adopción.
En lugar de alabarlo, Paul le hizo señas con los dedos a Loupe para que le entregara los papeles.
La información personal de Leonia estaba escrita en los documentos.
“Loupe.”
“Sí.”
“Tú te quedas aquí.”
“…… ¿Qué?”
Esto fue impactante para Loupe, que se había sentido aliviado de que finalmente regresaran a la mansión del Duque.
Leonia se sentía mal por él, pero Paul no estaba interesado. No parecía importarle nada.
“Parecía bastante asqueroso, así que deberíamos limpiar el desastre por ellos.”
La boca de Loupe se movió como si quisiera decir algo, pero pronto bajó los hombros y se enfurruñó. Su cara se había vuelto tan pálida como su pelo.
“Límpialo para que no quede ni una mota de polvo.”
“…….entiendo.”
“¡Viejo!”
Leonia le gritó a Loupe de forma alentadora.
“Ya que estás en eso, córtales los brazos y las piernas! ¡Golpea sus espaldas con tu cinturón! ¡Rómpeles la nariz con un recipiente lleno de agua! Para que no se levanten nunca más.”
La expresión de Loupe se volvió azul, como su pelo. Paul sonrió con satisfacción.
“¡Ah, excepto a la profesora Konie! Ella fue buena con nosotros.”
Leonia lo saludó y le dijo que estuviera a salvo.
“¡La evidencia de su malversación está en la caja fuerte detrás del marco de la foto!”
El carruaje comenzó a andar, y Loupe miró fijamente al carruaje, atónito.
Leonia saludó con la mano hasta que el carruaje ya no se pudo ver.
“…… ¿Es la verdadera hija del Duque? ¿Él la ha estado escondiendo?”
Uno de los caballeros, Manus, preguntó si había buscado en todos los orfanatos para encontrar a su verdadera hija.
Así de fuerte fue el impacto que Leonia les había dejado.
Encima de eso, la niña tenía el color negro al igual que él.
“Dijo algo aterrador mientras sonreía”.
Otro caballero, Frobo, estuvo de acuerdo.
“……de todos modos.”
La expresión de Loupe estaba llena de agotamiento. Los caballeros se sintieron mal por él.
“Vamos a trabajar.”
Para volver a la mansión y descansar lo más rápido posible, tenían que hacer la ‘limpieza’ que el Duque les ordenó.
Los ojos de Loupe se volvieron afilados. Había un enorme montón de polvo que limpiar.
* * *
Dos días después de dejar el orfanato.
Leonia tuvo que lavarse tres veces con agua caliente en un hotel donde se detuvieron para que su cuerpo y su cabello quedaran limpios.
La única mujer caballero que Paul había traído, Meles, la ayudó.
El pequeño cuerpo de la niña tenía muchas heridas.
No sólo había rasguños y moretones, sino que había varias líneas rojas en su espalda, como si la hubieran golpeado con algún tipo de cuero.
Meles informó de esto a Paul.
Paul le dijo al caballero que volviera al orfanato y trajera a su mansión a todos los que habían herido a los niños.
Esto significaba que él mismo los castigaría.
Al día siguiente, Leonia se vistió con un cálido vestido azul y una larga capa de piel que Paul había conseguido en alguna parte.
Su pelo negro, que parecía haber sido cortado sin cuidado, fue atado con una cinta roja por Meles.
“¡Es la primera vez que me pongo algo así!”
Leonia preguntó cómo se veía con una voz emocionada. Parecía una niña que había crecido en un buen ambiente.
“Te queda bien.”
Meles sonrió. Pero se sentía fatal por dentro.
Era triste pensar que una niña así no sólo había pasado por una experiencia terrible en el orfanato, sino que nunca antes había usado ropa normal como ésta.
Se sentía aún peor porque tenía un hermano menor de la misma edad.
Paul no dijo nada durante mucho tiempo.
“Por fin te ves como una persona.”
Una voz burlona salió cuando finalmente habló.
“¡Siempre fui una persona!”
Leonia dijo, y pidió un cumplido.
“No puedo hacerte un cumplido cuando no eres bonita.”
“¿No estás siendo malo, viejo? Ahora eres mi padre.”
“¿Y aun así me llamas viejo?”
“¡Es porque no estoy acostumbrada a llamar a alguien mi papá!”
“Tampoco estoy acostumbrado a halagar a alguien.”
Paul se rió mientras se negaba a perder con una niña pequeña.
Las mejillas de Leonia se hincharon de rabia. Pero hizo que la gente sintiera aún más lástima por ella debido a lo delgada que estaba.
Paul frunció el ceño. Su buen humor cayó en un instante.
“Si quieres que te feliciten, gana algo de peso.”
La única hija de la edad de Leonia que Paul conocía era la hija de Canis, pero Leonia era tan delgada que no se podían comparar.
De repente se sintió irritado. Por supuesto, su ira se descargaría en el personal del orfanato, a quien conocería en los calabozos de su mansión.