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“¡Marie!”

“¡Sí!”

Al sónido de ser llamada, me apresuré a ir hacia el pasillo.

Al llegar, una mujer de semblante feroz me miraba fijamente. Era Susan, una sirvienta de nivel superior.

“¿Has limpiado alguna vez? ¿Qué es este polvo?”

Cuando el Reino fue destruido por el Imperio me oculte como sirvienta para salvar mi vida.

Estaba enfadada. No importaba lo fea e inútil que fuera, el Ejército Imperial no habría mantenido viva la sangre de la familia real.

Gracias a eso, fui capaz de salvar mi vida y fui llevada al Palacio Imperial para realizar tareas.  Así fue que me convertí en una mucama inferior.

“¡Hazlo bien!”

Incliné la cabeza.

“Lo siento”.

De hija real a sirvienta inferior, nada ha cambiado. Era igual de feo y no podía evitar ser regañada.

‘¡Pero hagamos lo mejor que podamos y trabajemos duro!’

Pero mi única fuerza es que no olvido la valentía en ninguna situación.

‘Si haces lo mejor que puedas con un corazón bondadoso, el Señor te bendecirá’.

‘¿A mí también?’

‘Por supuesto. El Señor ama a todos.’

Mi madre dijo esto hace mucho tiempo. Confié en ella. Aunque no haya nada bueno, mamá creía que Dios amaba a un país así.

‘Por favor, bendíceme algún día también.’

Pensaba que al rezar lo suficiente eso se convertiría en una realidad. Un día, me sucedió algo increíble. Fue un día de verano, cuando tenía diecisiete años.

“¿Cuidar a un prisionero enfermo?”

“Sí. ¿Quién más haría una cosa así que no seas tú?”

El trabajo de la sirvienta inferior era realmente diverso.

Limpiar, lavar los platos, lavar la ropa…

Desde los quehaceres domésticos hasta los numerosos trabajos duros. Cuando un prisionero encarcelado en el palacio imperial se pone enfermo se suele vigilarlo sin darle tratamiento, pero cuando la enfermedad empeora, se toma cuidado de él.

En ese caso, el cuidado dependía de la mucama inferior. Como nadie quería hacer tal cosa, siempre volvía a mi parte.

“¿Por qué no puedes hacer esto? ¿No quieres hacerlo?”

“Oh, no.”

Sinceramente, yo tampoco quería. Cuidar a un prisionero que no es nadie, ¿quién quiere hacerlo? Pero claro, no tenía derecho a elegir.

“Aunque se trate del cuidado, es sólo una comida.”

‘No habrá mucho. Animémonos.’

Pensando así, me animé y me dirigí a la sala de hospital anexa a la prisión.

“Es por aquí.”

Cuando entré en la habitación siguiendo las indicaciones del guardia, sentí un mal olor.

“Ah”.

Me tapé la boca con las manos.

El olor me resultaba familiar. Era el olor a muerte que sentí cuando mi madre murió.

“Va a morir pronto de todos modos. No es una persona particularmente increíble, basta con que te ocupes de él.”

Entendí las palabras del guardia. Significaba que no era necesario ocuparse de él con cuidado.

Tal vez no diga mucho, aunque huya de aquí para evitar cuidarlo tendría poco sentido. No, tal vez estaba esperando más. De hecho, hubo muchas sirvientas que fingieron preocuparse y huyeron cuando tuvieron que cuidar de prisioneros en circunstancias similares.

Porque es un prisionero de todos modos, así que a nadie le importaba.

Sin embargo, sacudí la cabeza. No habría ningún problema si volviera, pero no quería hacerlo. Era porque recordé a mi madre, que murió cuando yo era joven, y los ojos del prisionero que yacía en la cama parecían solitarios.

‘No se cuál es el delito por el que me siento culpable, pero si vuelvo, este hombre morirá solo de una manera lenta y solitaria. No quiero dejarlo así’.

Así es.

*‘Espero que sin importar lo que hagas después seas una persona que pueda ayudar a otros.’

*Es algo que le dijo su mamá.

‘Soy fea y no sirvo para nada, ¿pero no sería capaz de dar un poco de ayuda aún?’ Por eso empecé a cuidar de él.

“Va a morir pronto de todos modos, así que no tienes que preocuparte. Es inútil”.

El guardia dio un golpe con su lengua por detrás. Dejé la regañina atrás y me ocupé del prisionero con determinación. Recogí unas *gachas con una cuchara y le di de comer, lo refresqué con una toalla fría y lavé su cuerpo sucio.

* Las gachas son un plato sencillo que se elabora cociendo granos de avena u otros cereales o legumbres en agua, leche o una mezcla de ambas. Suelen servirse calientes en un cuenco o plato.

“Tsk. Es inútil”.

Pasaron unos días así.

Me preocupé mucho, pero como dijo el guardia, el estado del prisionero siguió deteriorándose.

La vida del prisionero está casi acabada. Tuve la corazonada de que lo sabía. Esto se debe a que la vida de mi madre se extinguió mediante un proceso similar.

‘Mamá, te echo de menos.’

Cuando vi al prisionero moribundo, recordé de repente a mi madre y mis ojos se pusieron llorosos.

La única vez que fui pobre pero feliz. Quería volver a esa época y estrecharme en los brazos de mi mamá.

Sin embargo, en el momento de limpiarme las lagrimas de los ojos a escondidas, sucedió algo inesperado.

“Gracias.”

Abrí los ojos en grande. Pensé que lo había oído mal, pero no era así. El prisionero moribundo me habló.

“Gracias. Realmente…”

El preso, que se esforzaba por hablar, giró la cabeza y me miró con ojos borrosos.

Me sentí avergonzada por no saber qué decir al preso que estaba a punto de morir. El preso repitió las mismas palabras.

“Gracias. De verdad.”

“No, no lo haga. Sólo hago lo que tengo que hacer…”

“No, podrías haberte ido, pero de verdad… Gracias. Gracias a ti, no moriré solo.”

Cuanto más hablaba, más animada se volvía la voz del prisionero.

Me di cuenta de que era un síntoma de un retorno temporal de la energía justo antes de la muerte.

“¿Cómo te llamas?”

“Marie. Es Marie.”

Al darme cuenta de que quería hablar conmigo, así que respondí con entusiasmo.

“Quiero rezar por ti al final. ¿Hay algo que quieras?”

Agonicé con la pregunta. ¿Qué quiero?

“Cualquier cosa está bien. Rezaré por ti”.

Dudé y abrí la boca.

“Me gustaría ser una persona competente”.

“¿Competente?”

“Sí, soy muy incompetente. Así que espero que pueda trabajar bien y convertirme en una persona competente para ayudar a otros en el futuro.”

Pude sentir cómo se esforzaba por sonreír ante mis palabras. Mi deseo debía sentirse como el de un niño.

Pero hablaba en serio. Ya que he vivido como una persona fea e inútil toda mi vida, quería ser una persona reconocida algún día.

“Si es una habilidad, ¿cuál exactamente? Hay muchos tipos de habilidades, ¿verdad? Dime cual exactamente.”

Pensé en ello.

“En primer lugar, quiero hacer un buen trabajo de sirvienta.”

“¿Un trabajo de sirvienta?”

Mi único deseo es que me dejen hacer bien mi trabajo de sirvienta. El hombre parecía sentirlo demasiado simple.

Yo pensé lo mismo, así que me apresuré a decir.

“Por supuesto, espero que me vaya bien en otras cosas. Espero que me vaya bien en el arte y la música. Espero que se me den bien las manualidades y la cocina.”

“¿De verdad? ¿Y?”

Seguí diciendo emocionada.

‘¿Será porque crecí siendo tratada como una persona fea? Tenía muchas cosas que quería hacer bien.’

“Quiero poder bailar bien y quiero ser buena en los juegos de mesa. Oh, desearía poder hacer una medicina que cure a la gente como un doctor lo hace, y desearía tener la habilidad de atrapar a los criminales malos. Y…”

Después de hablar durante mucho tiempo, me callé.

“Quieres demasiado, ¿no? Eres codiciosa.”

Mi cara se puso roja cuando el hombre dijo eso.

“Sólo lo digo. Cualquiera puede pedir un deseo.”

“Sí, eso es verdad.”

El hombre asintió desde la cama mirándome a los ojos.

“Si, solo en caso.”

‘¿….?’

“Si realmente tuvieras esa habilidad. Entonces, ¿qué piensas hacer con ese poder?”

Me callé por un momento. Estaba emocionada por charlar, pero ¿no me va a pasar eso realmente a mí?

¿Es porque los ojos del hombre eran muy serios? Respondí lo que había pensado antes.

“Quiero vivir una vida significativa.”

“¿Una vida significativa?”

“Sí.”

“¿Qué es una vida significativa?”

“Es…”

He pensado en ello. La respuesta a “una vida significativa” será diferente para todos.

Algunos valorarán el éxito, otros el dinero, otros el honor y otros la autodisciplina. Si hay cien personas, las cien responderán de forma diferente.

Y yo…

“Si puedo, quiero vivir una vida que haga felices a los demás. Ese es mi deseo.”

El hombre se calló por un momento ante la respuesta.







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