La tarde siguiente.
Después de que Elody conversara con Caville habían acordado esperar a que el Conde Bologne hiciera su próximo movimiento, ya que la Duquesa estaba segura que pronto lo haría.
Su mente era un caos total: Bologne, el Emperador, hasta Dios. Se sentía como si todo estuviera en su contra.
Lo peor era que no había noticias de los caballeros que vigilaban el templo en el territorio de Cernoir.
‘Estoy bastante ansiosa, porque el templo está muy tranquilo.’ Elody reflexionaba seriamente la situación.
El sonido de un golpe en la puerta la desconcertó y era Caville quien había entrado a la oficina de Elody.
—Esposa.
Caville entró a la oficina junto a un carrito de postres. Elody lo saludó con una cálida mirada de bienvenida. Los dos se sentaron uno al lado del otro y bebieron el té que Caville había preparado.
Después de la competición de cocina, Caville solía hacer té y postres simples de vez en cuando para Elody.
Mientras bebían el té, Elody pidió que se colocaran a los soldados más leales en el templo por si acaso.
—Enviemos a Brien.
—No, Lord Vedos está demasiado ocupado cuidando la Orden de Biodan… dejémoslo en manos de Lord Len y Lord Therion.
—De acuerdo.
Después de discutirlo por un rato, Elody se levantó para ir a su laboratorio y Caville a ver esto se levantó pues tenía mucho trabajo acumulado.
Pero antes de salir de la oficina de Elody se detuvo y volvió hacia ella
—Oh, casi olvido algo.
— ¿Eh?
‘¿Olvidó algo?’ Elody miró a Caville con una cara curiosa.
—Si, un beso.
—…… ¿uh?
Elody miró a Caville con una cara de confusión y al mismo tiempo sus mejillas se pusieron rojas de vergüenza.
Un beso, no había razón para no besarlo, pero cuando Caville se lo pidió en ese momento la desconcertó, Elody con vergüenza se acercó para dar el beso en la mejilla.
De una forma casi descarada Caville se inclinó para recibir gustosamente el beso, al sentir los labios de Elody en su mejilla sonrió, para después salir de la oficina satisfecho por su cometido.
—Pero ¿qué?…
Elody puso su mano en el corazón y respiró profundamente sentía su corazón latía rápidamente.
* * *
Elody se encontraba perdida en sus pensamientos, después regresar en sí, pero no era momento de pensar tantas tonterías, debían prepararse para todo, Elody se dirigió a su laboratorio necesitaba separar el cristal elemental.
— ¡Señora!
A lo lejos, Heinz que sostenía una escoba cerca del laboratorio, la saludó alegremente dándole la bienvenida. Para después seguir barriendo aún vestido con su uniforme de caballero
‘¿Qué clase de armonía es esa?’
Elody se acercó a él con los ojos entrecerrados, ya hacia un tiempo que no veía su rostro recordó el poema, Heinz al ver a la Duquesa acercarse su rostro se iluminó.
—Lord Heinz.
— ¿Sí?
—Sobre el poema escrito…
—Oh, ¿sucedió algo con eso?
Tan pronto como Elody preguntó Heinz se avergonzó y llevó su mano detrás de la nuca nervioso
—Eso.
—No necesita elogiarme.
Elody en realidad no quería elogiarlo, pero Heinz empezó a hablar con entusiasmo.
—El Señor ya me ha elogiado lo suficiente. Sinceramente quiero un premio.
— ¿Un premio?
—Pero no sé qué hacer con sus elogios.
—No…
— ¡Oh! Si me va a dar un premio, ¿me podría conceder un deseo?
Heinz estaba demasiado decidido por lo tanto Elody quedó atónita, así que Heinz continuó hablando.
—Podría ser su escolta, ya que Sir Solar renunció, el puesto está libre
Heinz puso su mano sobre el cachorro que se encontraba en el hombro de Elody.
—Honestamente, puedo protegerla mejor que este cachorro, por favor confié en mi
Elody echó un vistazo a Ifrit el cual miraba a Heinz con ojos feroces
‘Sino me pongo de lado de ifrit, me lo volverá a pedir.’
—Descuida Ifrit es gran guardián
—…….
—Es un gran protector. No lo menosprecie, Señor Heinz
Elody sintió como Ifrit se pavoneaba por lo tanto ella se preguntó a sí misma.
‘¿Cometí un error?’
Mientras Elody estaba preocupada, Ifrit dejó su hombro y entró al laboratorio.
—De todos modos… el poema fue demasiado. No haga tal cosa de nuevo por favor Sir Heinz.
—Comprendo, de igual manera estoy avergonzado por los cumplidos.
‘¿Cuáles cumplidos?’
Elody acababa de decidir no hablar por ahora, tranquilizar a Ifrit era la primera prioridad por lo cual se dirigió al laboratorio.
Heinz dejó salir una risita mientras veía a Elody entrando rápidamente al invernadero y podía escuchar el sonido de otra persona en el área.
—Sir Heinz. ¿Escribió usted el poema?
Heinz miró a la mujer que había llegado con una ceja levantada, era Marie.
—Sí. ¿Por qué?
—…….
Marie reflexiono por un momento. Cuando había dejado el bonsái a su señor se había encontrado con el poema sin un destinatario, le llamó y conmovió su corazón, pero al no tener destinatario o autor no sabía quién era el escritor de tal poema, al final el autor era Heinz.
A Marie, a quien normalmente no le gustaba Heinz, lo miraba con una mirada de consideración, Pero entonces Marie se encontró con unos ojos conocidos, los ojos de Brien, quien se encontraba un poco lejos a espaldas de Heinz.
—….
Tal vez porque la distancia entre Marie y Heinz estaba un poco reducida, los ojos de Brien estaban ardiendo de celos.
— ¿Le gustaría hablarme del poema, Lord Heinz?
—Ja, ¿te ha impresionado tanto?
Marie agarró y arrastró el brazo del orgulloso Heinz. Podía ver a Brien temblando por la ira contenida.
‘Entonces ¿creaste un rumor falso sobre que la señora y el señor habían discutido?’
Era claro que Marie quería provocar más Brien y estaba logrando su cometido.
* * *
Elody entró al invernadero buscando a Ifrit
Fue una segunda rebelión, Ifrit debe estar muy molesto así desapareció por lo que ella suspiro.
Elody comenzó a separar el Cristal Elemental del laboratorio sola. Estaba un poco vacío porque no se encontraba Ifrit que la molestara con su cola o se acurrucara sobre su estómago.
Por muy molesto que estuviera Ifrit, no se había esfumado.
Los espíritus bebés, que deambulaban por el invernadero, se acercaron a Elody felizmente.
Elody suspiró profundamente pues sintió que tenía que calmar a Ifrit, estaba segura de que debía estar escondido en algún lugar del invernadero.
—Tuve un desliz al hablar, discúlpeme mi glorioso y maravilloso Rey del Fuego, Ifrit.
Mientras Elody hablaba en voz alta para atraer a Ifrit los espíritus bebés la miraban con los ojos abiertos impresionados por lo dicho.
—Ustedes también lo creen, ¿no?, ¿Dónde hay un buen e inteligente Rey de los Espíritus como Ifrit?
— ¡Esho es un juego muy sucio!, ¡Esho es mentira!
El pajarito cantó con una mirada de descontento. Elody lo detuvo y suspiro
—Es gracias a Ifrit que puedes comer las deliciosas fresas.
Los espíritus de los bebés susurraban entre ellos con descontento mirando a Elody. Fue entonces.
— ¿De verdad lo crees?
La voz de Ifrit resonó en el lugar saliendo de su escondite de manera cautelosa pero aun mantenía su cara a oscuras, aunque moviendo su cola levemente de forma amigable.
—Bueno dije algo equivocado antes. Lord Heinz dijo algo muy extraño.
—Es un poco raro. Pero te gusta más que yo te proteja ¿verdad?
Ifrit incluso se acercó al escritorio con la mirada directamente en Elody mientras golpeaba levemente el escritorio pidiendo que respondiera rápido.
—Por supuesto porque eres muy confiable y no sabes lo agradecida que estoy por lo bien que cuidas de Caville.
Todas las palabras fueron sinceras. Elody acarició la cabeza de Ifrit y así Ifrit movió felizmente la cola como si nunca hubiera estado enojado. Elody sonrió tranquilamente y disfrutó de la atmósfera pacífica.
* * *
Mientras tanto, Len y Therion, a los que se les ordenó vigilar el templo, se cambiaron de ropa dejando su uniforme y salieron del castillo.
—Ha pasado un tiempo desde que Sir Therion salió del castillo, ¿no es así?, ha estado atrapado en un castillo por un tiempo.
—Así es.
Mientras cabalgaban juntos hacia la calle principal, Len lo miró a Therion por un instante
— ¿Tomamos un trago después del trabajo?
—No, no me gusta el alcohol.
Len chasqueo con la lengua, suspiro por la firme negativa y suspiro, no lo podía culpar tal vez rechazó la oferta porque no era un conocido íntimo del campo de batalla. Aun así, mientras estaba en el campo de batalla, era Therion quien mantenía segura la tierra del Ducado, así que a Len le agradaba.
Después de llegar cerca del templo, se sentaron en un banco alrededor de la gente común. El templo estaba situado cerca del centro de la calle principal, así que había bastantes mercaderes deambulando por allí.
Len echó un vistazo al templo y le preguntó a Therion
—Lord Therion ¿tiene alguna chica que le guste?
—…..
Therion dudó en responder por un momento.
— ¿Quién es? ¿Hay una por ahí o no?
‘No le gustara mi novia, Solar, ¿verdad?’- Len, había pensado por un momento.
—…… Creo que hay una. —Therion respondió después de mucho tiempo.
—Ya veo. ¿Puedes decirme quién es?
Len preguntó a la ligera, ocultando la sospecha de su mente.
—………Sir Len.
— ¿Si?
— ¿Alguna vez has amado a dos mujeres al mismo tiempo?
Len inclinó su cabeza dejando ver su duda a la pregunta. Therion era un hombre bastante guapo a simple vista. Había escuchado de distintas personas que sir Therion era un rompe corazones.
—Nunca he pasado por eso. ¿Tiene dos mujeres que le gusta, Lord Therion?
—…… Creo que sí.
‘¿Está loco?’ Len se las arregló para no dejar salir una maldición. Fue entonces que Therion le preguntó a Len con los ojos abiertos.
— ¿Viste eso de hace un momento?
— ¿Qué?
Len miró alrededor y volteó su cabeza. No había nada extraño a la vista.
—……
Therion inclinó su cabeza estaba seguro que acababa de ver a alguien con una túnica blanca, ambos decidieron pararse y explorar el templo por un poco más de tiempo.
En el proceso, se encontraron con caballeros que observaban el templo disfrazados de mercaderes, y fingieron no conocerse. El sol se estaba poniendo antes de que se dieran cuenta ya era de noche, las patrullas vigilaban las calles más transitadas, así que era hora de volver al castillo.
Therion se dirigió hacia el centro a por los caballos para regresar al castillo. Y entonces, sus ojos se encontraron con alguien que estaba atrapado en medio de los comerciantes.
—Es él que vi antes.
Tan pronto como los ojos se encontraron. Therion pudo notarlo instintivamente, pero de alguna manera no había podido moverse tan pronto como sus ojos lo vieron, sus pupilas estaban borrosas. Tal vez debido a sus extraños ojos, su columna vertebral había sentido un gran escalofrío.